Los músicos tradicionales portugueses saben cómo hacer bailar a todo el mundo durante las fiestas tradicionales de agosto, que se completan con muchas sardinas asadas y, por supuesto, unos cuantos vasos de vino. Para que la fiesta sea perfecta, el ingrediente final tiene que ser la "Pimba", un estilo tradicional de música portuguesa.

El fado es conocido internacionalmente por su esplendor y su imponente forma de cantar, al igual que otros estilos de música ligera portuguesa que se cantan en todo el mundo y tienen éxito internacional, como Dulce Pontes o incluso la música pop de la luso-descendiente Nelly Furtado. Sin embargo, la música de pimba es el tipo de música que suele escucharse en Portugal o entre las comunidades portuguesas en el extranjero debido a sus características tan distintivas.

Además del ritmo electrizante de las canciones al son del acordeón y de estar influenciada por el estilo folclórico portugués, las canciones van acompañadas de letras escritas de una forma que sólo la lengua portuguesa permite. El estilo también ha ido evolucionando y actualmente algunas canciones están influenciadas por ritmos africanos como el Funaná, como se puede escuchar en las canciones del grupo Némanus.

La historia de la pimba

El género comenzó a tener una mayor expresión en la década de 1980, alcanzando su pico de popularidad en la década de 1990. El marco cultural, después de la dictadura portuguesa, dio a los artistas una mayor capacidad artística. La música de pimba está llena de metáforas sexuales a lo largo de las letras, lo que a menudo atrae a los que escuchan y pueden entender los mensajes que transmiten las canciones.

Los versos iniciales de las canciones siempre hacen referencia a historias cotidianas comunes. Todo puede empezar comiendo un helado, lavando los platos o incluso aparcando el coche en el garaje del vecino. Pero es en el estribillo donde todo sucede realmente. La lengua portuguesa permite que los sonidos y el significado de las palabras tengan casi siempre un doble sentido. Esto es lo que más hace reír al público al escuchar la canción, además de animar el ánimo de los que pueden ser más conservadores en la mesa.

El lado más tranquilo

A pesar de los ritmos animados, también existe un lado más tranquilo del género, cantado por, por ejemplo, Ágata o Mónica Sintra. En este caso, las letras ya no tienen una connotación tan sexual como la mencionada anteriormente. Cualquiera que escuche los grandes éxitos de Ágata de los años 90 escuchará canciones sobre divorcios complicados y el dolor de una ruptura. En su repertorio, la artista tiene incluso canciones dedicadas a la Virgen María. Siguiendo estas líneas, en la cartera musical de Mónica Sintra cabe destacar la canción "Afinal Havia Outra". Con esta canción queda claro que, a pesar de no parecerlo, la música de Pimba tiene una inteligencia poética difícil de encontrar en la música más moderna. El single de Mónica Sintra retrata una traición, pero sólo los oídos más atentos podrán entender que es desde el punto de vista de una amante que no sabía que su novio estaba casado con otra mujer.

Rosinha - Fica Sempre no Coador

Una mala reputación

A pesar de animar la vida de muchos portugueses, algunos músicos interpretan el género como peyorativo y de mala calidad. Incluso los cantantes del género de la pimba dicen en varias ocasiones que se sienten discriminados por la otra parte de la música portuguesa. A cantantes como Romana, que empezó cantando Pimba, se le impidió reiniciar su carrera cantando en otro género musical porque tiene una gran trayectoria como cantante de música popular, a pesar de ser reconocida como una de las mejores voces portuguesas.

El prejuicio con la música de Pimba se debe precisamente a las letras, que a veces tienen un discurso que puede considerarse homófobo y sexista, en varios aspectos. Como fue el caso de la canción de Quim Barreiros "O Casamento Gay", lanzada tras la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en Portugal, donde se cantaban palabras consideradas homófobas. En su momento, el cantante declaró al periódico Correio da Manhã, que desconocía el significado de las palabras "homosexual" y "homófobo", y que sólo conoce las palabras que normalmente se utilizan con un contenido peyorativo.

Seguir siendo popular

La música de la pimba acompaña a los portugueses hasta nuestros días. En la actualidad, las canciones de los años 90 siguen sonando en las fiestas familiares o durante las romerías tradicionales portuguesas, que siempre tienen un escenario dedicado a un artista que canta el género de la Pimba.

Artistas de la pimba portuguesa como Emanuel, José Malhoa y Rosinha hacen apariciones casi semanales en programas de televisión dedicados únicamente al género. Por regla general, los fines de semana, las cadenas generalistas dedican una tarde a dar a conocer el trabajo de los artistas de Pimba, así como a recordar los trabajos más antiguos de los que ya tienen una carrera más consolidada.

Además, los cantantes son llamados a cantar en varias fiestas universitarias, como la Queima das Fitas, en Coimbra. Es casi obligatorio que haya un día en el que Quim Barreiros actúe en todas las fiestas universitarias del país. Lo mismo ocurre en agosto, normalmente, cuando los emigrantes visitan a sus familias en Portugal, hay muchas fiestas en las que actúan los artistas de Pimba. Por lo tanto, agosto es su mes más ocupado, cuando se trata de cantar en directo.

Recientemente, RTP ha producido un documental dedicado al género. El documental "O Pimba é Nosso" se puede ver en la plataforma online gratuita RTP Play y tiene tres episodios.

https://www.rtp.pt/play/palco/p9117/e576399/o-pimba-e-nosso - El primer episodio del documental.


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Deeply in love with music and with a guilty pleasure in criminal cases, Bruno G. Santos decided to study Journalism and Communication, hoping to combine both passions into writing. The journalist is also a passionate traveller who likes to write about other cultures and discover the various hidden gems from Portugal and the world. Press card: 8463. 

Bruno G. Santos