La decisión aparece en la convocatoria de resultados de 2021, en la que la cervecera anticipa que espera "un impacto significativo de la inflación y las presiones de la cadena de suministro. Más concretamente, esperamos que nuestros costes por hectolitro crezcan en dos dígitos, debido al fuerte aumento [de los precios] de las materias primas, la energía y el transporte".

En este contexto, la multinacional holandesa revela que compensará este incremento de precios "a través de los precios en términos absolutos, lo que puede llevar a un consumo más moderado de cerveza".

En 2021, Heineken pasó de las pérdidas a los beneficios, al registrar un resultado neto de 2.041 millones de euros, es decir, un aumento del 80,2% respecto al mismo periodo del año anterior, según el mismo diario.