Las nuevas normas sobre visados dorados entraron en vigor el primer día de 2022. La concesión de Permisos de Residencia para Inversiones (ARI) llegó a su fin en la costa y en las áreas metropolitanas de Lisboa y Oporto, en un intento de canalizar la inversión hacia el interior del país.

Según idealista/news, la llegada de la ley no tuvo un efecto inmediato en la inversión inmobiliaria, pero en el balance del primer trimestre, el escenario es diferente: la inversión inmobiliaria a través de visados dorados cayó un 12,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior y se concedieron 10 permisos de residencia menos.

Buen comienzo

La inversión inmobiliaria vía visados de oro no lo hizo mal: se recaudaron 38,7 millones de euros a cambio de la concesión de 75 visados de oro, lo que supone un salto respecto a enero de 2021 (+21%) y al pasado diciembre (+9%), revelan los Servicios de Extranjería y Fronteras (SEF). Pero en enero aún no se habían reflejado los cambios en la ley, ya que se trataba de procesos previos que se alargaron hasta principios de año.

A lo largo del primer trimestre de 2021 ya se aprecian varios cambios: la inversión destinada a la adquisición de inmuebles ha ido cayendo mes a mes y alcanzó los 25,5 millones en marzo (-22% que en febrero), cuando se concedieron 51 visados de oro (-18 respecto al mes anterior). Y en el balance total de los tres primeros meses del año, se observa que se recaudaron 13,9 millones de euros menos para inmuebles a través de visados de oro (-12,5%) y se concedieron 10 permisos de residencia menos en comparación con el mismo periodo del año anterior.