Este segundo caso también ocurrió al amanecer del 31 de julio y afectó a un pequeño velero que se dirigía del Algarve a Lisboa, con dos hombres a bordo, que se despertaron por el ruido del impacto. El timón fue mordido por las orcas y el barco fue finalmente trasladado a un dique seco.

La otra embarcación tuvo menos suerte y se hundió tras su encuentro con las orcas en la misma noche, lo que hizo que los cinco miembros de la tripulación tuvieran que ser rescatados por la Marina.