La Autoridad Reguladora de los Servicios Energéticos (ERSE) ha declarado en su página web, que los proveedores de electricidad y/o gas que deseen modificar su contrato con los clientes, incluyendo el aumento del precio acordado, "al final de la duración prevista del contrato cuando pueda renovarse automáticamente", deben "notificar al cliente por escrito", "con al menos 30 días de antelación a la fecha en que los cambios propuestos entrarán en vigor".

Durante la vigencia del contrato en vigor, el suministrador del mercado libre no puede imponer subidas de precios, sino que sólo puede proponer cambios a los clientes individuales, incluido el precio, "en situaciones excepcionales y debidamente justificadas, que estén previstas en el propio contrato".

El regulador destacó que, el suministrador debe informar al cliente que puede entonces rechazar las nuevas condiciones y optar por contratar, de forma gratuita, un nuevo suministrador, y que los clientes pueden cambiar de suministrador tantas veces como quieran.

A la hora de elegir un proveedor de energía, ERSE recomendó a los consumidores que utilicen un simulador de comparación de precios y que, además del precio por kilovatio-hora, comparen otros aspectos contractuales, como la potencia contratada, la duración del contrato, si la oferta lleva asociada la contratación de servicios adicionales o cuáles son las penalizaciones en caso de rescisión anticipada en los contratos con acuerdos de fidelización.

El regulador también ha recordado algunas medidas de ahorro energético, entre las que se encuentran el uso de bombillas LED, que pueden ahorrar unos ocho euros por bombilla en un año, el uso de lavadoras con carga completa y un programa de baja temperatura, bajar la temperatura del agua del calentador en épocas de calor o apagar los aparatos en 'stand-by'.

La amenaza del suministro de gas ruso a Europa ha llevado a la Comisión Europea a fijar objetivos de ahorro y a los Estados miembros a preparar planes de reducción del consumo energético para evitar la escasez en invierno.

Los planes varían, según el grado de dependencia de cada país del gas ruso, e incluyen medidas que van desde cerrar los escaparates por la noche hasta aumentar la temperatura de los aparatos de aire acondicionado durante el verano.

En Portugal, el plan de ahorro energético debería conocerse a finales de agosto.