La Agencia de Noticias Lusa se puso en contacto con los municipios de Amadora, Azambuja, Cascais, Mafra, Odivelas, Oeiras, Loures, Vila Franca de Xira y Sintra, que afirman haber concienciado a la población de la necesidad de reducir el consumo de agua.

En Loures, se diseñó un plan de contingencia para situaciones de sequía que, teniendo en cuenta las circunstancias actuales, determinó, entre otras medidas, el "refuerzo de los equipos de piquetes", que pretende acelerar las roturas de la red de agua, el aumento de las "virutas de pino en los espacios verdes" y el "estudio de los límites de consumo deseables, si fuera necesario, para los diferentes tipos de consumidores".

En Oeiras, el agua se recoge por medios tradicionales para el riego, y el suelo se prepara para conservar la humedad de forma que el riego sea menos frecuente.

En Odivelas, el concejal João António explicó que existe un proyecto piloto en el que el riego de algunas zonas del municipio se controla por 'wi-fi', regulado también en función de las especies que necesitan ser regadas y que el municipio tendrá hasta finales de año un plan de mitigación del cambio climático, que se sumará al plan de adaptación ya existente.

En Amadora, el concejal Vítor Ferreira dijo que está trabajando con Águas do Tejo Atlântico "para la reutilización del agua para la limpieza de las calles y con EPAL para utilizar los residuos del acueducto de Águas Livres en depósitos para el sistema de riego de los jardines públicos".

En el municipio de Cascais se plantaron estratégicamente especies resistentes a la sequía, reduciendo así la necesidad de riego en los espacios públicos. Lo mismo ocurre en Azambuja. Sin embargo, en el municipio, el agua no potable se utiliza para el lavado y el riego y es utilizada por los bomberos.

Con el país en situación de sequía severa y extrema, ha llovido prácticamente la mitad de lo que sería normal desde octubre de 2021, según el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA).