"Diría que la feria ha sido un gran éxito", dijo a Lusa el organizador de la feria, que valoró no sólo el número de visitantes (155.489 al final del sábado), sino también el componente comercial de la feria.

Según el responsable, la feria un número récord de visitantes durante sus 17 días, e incluso con un día sin contabilizar (hoy), se superaron "las cifras del año anterior y de años anteriores".

"La feria también tuvo un éxito comercial generalizado", dijo a Lusa, salvaguardando que los números definitivos tendrán que ser confirmados posteriormente "por los propios libreros", aunque las opiniones son "muy claras en ese sentido", refirió.

Nuno Faria también concluyó que "no hubo retracción" de los clientes, incluso en un contexto de crisis e inflación agravada, lo que fundamentó en "varias opiniones de varios sectores del libro" de la feria, afirmando que fue el sentimiento "general".

"En este tiempo, probablemente la gente necesitaba otro tipo de estímulo y está inquieta", reflexionó.

La feria tiene lugar "en un momento clave, entre el verano y el inicio de las clases", conjugando "un conjunto de factores que hacen que el evento sea no sólo muy popular, sino también muy armonioso desde el punto de vista de todos los intereses", dijo Nuno Faria a Lusa.

Además del componente comercial, el organizador observó que "la gente se queda mucho tiempo en la feria" y "vuelve", porque también es "una fiesta cultural junto con una feria".

"Lo que hace única a esta feria es que es una feria al lado de una biblioteca, y también dentro de una biblioteca", y que incluía "un cartel muy variado, con ponentes, clases, cine, conciertos de diversa índole, eventos para niños y jóvenes y otras actividades al aire libre".

Según el organizador, "la separación de APEL [Associação Portuguesa de Editores e Livreiros] hizo que la feria fuera menos estereotipada, pero no menos cosmopolita, porque vimos gente de todas partes".

Al hablar del hecho de que la Feria del Libro de Oporto se celebrara al mismo tiempo que la de Lisboa, Nuno Faria dijo que para la organización "no es ni beneficioso ni perjudicial", porque son "dos escalas diferentes y para dos propósitos diferentes".

"Para el cartel literario tampoco es perjudicial, porque anticipamos mucho nuestras invitaciones, y creo que siempre es posible conciliar", añadió.

Sin embargo, para los libreros, "sobre todo los más pequeños", dijo que la coincidencia de agendas es "bastante perjudicial".

"Ellos lo confirmarán, pero estar gestionando dos 'stands' en dos ciudades diferentes, en los mismos días, durante un periodo de tiempo tan prolongado, creo que es un problema", dijo a Lusa.

La Feria del Libro de Oporto se inauguró el 26 de agosto y finaliza hoy, habiendo contado con más de 100 actividades, ponentes, clases, talleres, conciertos, películas y actividades para bebés, niños y jóvenes.

El evento también rindió homenaje a los escritores Ana Luísa Amaral y Manuel Gusmão, prestando especial atención a la literatura brasileña, con motivo del 200º aniversario de la independencia del país.