"La verdad es que el crimen, incluso con buenas intenciones, no paga. Sabiendo lo que sé ahora, no volvería a involucrarme en algo así. Mi vida ha dado un vuelco, mi familia ha sufrido mucho".

En su intervención ante el tribunal por primera vez desde el inicio del juicio, Rui Pinto reconoció que "se cometieron errores" en el proyecto Football Leaks, aunque destacó los "grandes beneficios" para la sociedad con la divulgación de "información que de otra manera no se hubiera conocido".

"El dinero fue resolviendo cosas y yo fui la única persona que estuvo privada de libertad, estuve privada de libertad durante un año y medio. Fueron varios meses de aislamiento, con sólo un contacto semanal con la familia", dijo, mencionando también el caso Luanda Leaks: "Tuvo una gran repercusión nacional e internacional, pero Isabel dos Santos sigue viviendo tranquilamente en Dubai".

El creador de la plataforma, que sacó a la luz numerosos documentos relacionados con clubes de fútbol portugueses e internacionales, recordó también su colaboración con las autoridades, concretamente con las francesas, al tiempo que criticó a los principales bufetes de abogados, a los que calificó de "artífices de las mayores tramas de seguridad, blanqueo de dinero y fraude fiscal" y criticó el uso de la confidencialidad entre cliente y abogado para proteger la práctica de delitos.

"Entiendo que yo no puedo cambiar las cosas, no puedo cambiar el mundo. Tienen que ser las autoridades. A pesar de ello, no he dejado de luchar por la transparencia, incluso por la colaboración con las autoridades. La colaboración más decisiva se produjo con las autoridades francesas, que siempre han mostrado un gran deseo de contar con mi ayuda", subrayó.

Rui Pinto, de 33 años, está acusado de un total de 90 delitos: 68 de acceso indebido, 14 de violación de correspondencia, seis de acceso ilegítimo, dirigidos a entidades como el Sporting, Doyen, el bufete PLMJ, la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) y la Procuraduría General de la República (PGR), y también por sabotaje informático a la SAD del Sporting y por extorsión, en grado de tentativa.