Según un informe de SEB AB, el 55% de los hogares suecos cree que los precios seguirán bajando, y sólo el 22% prevé un cambio de suerte y un repunte del mercado. "La confianza de los consumidores sigue deprimida; en particular, la opinión de los consumidores sobre sus propias finanzas está por los suelos", dijo el banco.