En declaraciones a Lusa, João Mairos, presidente del Grupo de Trabajo de Anemia de Portugal - Asociación Portuguesa para el Estudio de la Anemia, recordó que el 20% de los adultos portugueses padecen anemia y el 32% ferropenia (deficiencia de hierro), lamentando que "la grandeza de los números no es proporcional a la preocupación".

El presidente de la asociación aseguró que las cifras demuestran que se trata de "un problema de salud pública" y reconoció que uno de los mayores problemas es "la falta de concienciación de los profesionales sanitarios y de la población portuguesa".

"Es necesario seguir alertando sobre la alta prevalencia conocida en la edad adulta y colocar, como eje de la práctica clínica, la importancia del diagnóstico precoz de la anemia y de la deficiencia de hierro, especialmente en los grupos de personas con mayor riesgo", dijo el responsable, poniendo como ejemplo a las mujeres, las embarazadas, los ancianos, los pacientes con insuficiencia cardíaca, la insuficiencia renal y los enfermos de cáncer.

El presidente del Grupo de Trabajo sobre Anemia de Portugal (GTAP) recordó que tener anemia puede implicar varias complicaciones en las enfermedades subyacentes y defendió que las personas deben estar atentas a síntomas como la fatiga, el cansancio fácil, la baja energía, la palidez y las uñas y el cabello quebradizos, que "a menudo son infravalorados".