"Esta mano de obra es fundamental en nuestro país. Si no fuera por tanta mano de obra extranjera, por tantos inmigrantes, ni siquiera recogeríamos las aceitunas, las frutas o las hortalizas que necesitamos hoy en día, así que es necesaria", dijo Rui Garrido.

Sin embargo, "esta mano de obra tiene que ser legalizada", dijo el presidente de ACOS a Lusa.

Rui Garrido comentó a la Lusa la operación de la Policía Judicial, el miércoles, en el Baixo Alentejo, que llevó a la detención de 35 sospechosos supuestamente pertenecientes a una red criminal que contrataba trabajadores extranjeros para la agricultura en el Baixo Alentejo.

Una fuente policial declaró el miércoles a Lusa que esta red estaba formada por extranjeros, concretamente por familias rumanas, y algunos portugueses que les daban apoyo.

"Las varias decenas de víctimas de nacionalidades rumana, moldava, marroquí, pakistaní y senegalesa fueron contratadas para explotaciones agrícolas en Beja, Cuba y Ferreira do Alentejo, entre otros lugares", dijo la fuente.

Según el presidente de ACOS, institución con sede en Beja, "las asociaciones de agricultores no tienen nada que ver con esto, ni los agricultores en general", es decir, con estas redes de tráfico de personas.

"Me parece muy bien que se lleven a cabo controles, y los controles son cada vez más estrictos, porque esta mano de obra tiene que venir y nosotros somos parte del problema, pero estamos aquí para ayudar y colaborar a solucionar este problema", dijo.