"La idea de que Portugal es muy abierto a los inmigrantes y que les ayuda a crecer es, de hecho, una fantasía", afirmó Aisha Noir, una de las participantes en la manifestación que reunió ayer en Lisboa a representantes de una veintena de organizaciones de apoyo a los inmigrantes y de defensa de los derechos humanos.

Aisha Noir, brasileña transexual residente en Portugal, dice sentir a diario las miradas racistas y transfóbicas.

La brasileña, que vivió en Holanda antes de llegar a Portugal, dijo que cuando llegó a Portugal y sintió la mirada de odio por ser una mujer trans, fue algo que le chocó.

En la manifestación, que comenzó en Praça Luís de Camões, varios inmigrantes compartieron sus experiencias de discriminación como inmigrantes en Portugal, siendo el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) el principal objetivo de la revuelta de estos ciudadanos.

"Vinimos a decir basta a la violencia en el SEF, porque la situación últimamente es insostenible. Somos miles de personas intentando hacer nuestras renovaciones y permisos de residencia, miles de veces al día intentando contactar con el SEF por teléfono, y no conseguimos contactar", dijo Vicente, de la Red de Apoyo Mutuo LX, una de las promotoras del acto.

Señala dos situaciones que los tiempos de espera del SEF son una de las razones que justifican las manifestaciones.

Los manifestantes defienden la extinción inmediata del SEF, pero también que sea sustituido por "un servicio público de calidad, de orden civil, que trate a los inmigrantes en situación de igualdad, que no se guíe por la cuestión de la seguridad, viendo a los inmigrantes, no como una amenaza a la seguridad pública, sino como una cuestión de acceso a los derechos humanos básicos y fundamentales", dijo.