El informe sostiene que durante los seis meses en que las 61 organizaciones estudiadas redujeron la jornada laboral de sus empleados en un 20 por ciento, sin reducción salarial, las bajas por enfermedad disminuyeron en un 65 por ciento y las salidas de empleados a otras empresas en un 57 por ciento.

La investigación también señala que el 79% de los empleados indicaron que su "burnout" (agotamiento) se redujo y el 39% afirmó que sus niveles de estrés disminuyeron.

Las empresas que participaron en el programa, promovido por el grupo de presión "Campaña 4 días a la semana", registraron un aumento medio del 1,4 por ciento en sus ingresos respecto al mismo periodo del año anterior, señala el informe, dirigido por el sociólogo de Cambridge Brendan Burchell.

"Antes de esta prueba, muchos dudaban de que se produjera un aumento de la productividad que compensara la reducción del tiempo de trabajo, pero eso es exactamente lo que vimos", subraya el sociólogo.

"Muchos empleados estaban más que dispuestos a aplicar mejoras por su cuenta. Las largas reuniones con muchas personas se redujeron o se eliminaron por completo. Los trabajadores estaban mucho menos dispuestos a perder el tiempo", añadió Brendan Burchell.


El ejemplo portugués


En Portugal, de las 90 empresas que manifestaron su interés por incorporarse a la semana laboral de cuatro días, unas 30 formalizaron la decisión de sumarse al proyecto piloto, según reveló el Secretario de Estado de Trabajo, Miguel Fontes.

"Nuestro objetivo era tener un número no inferior a 30 y ese número ya lo tenemos, lo más probable es que incluso superemos ese umbral", añadió Miguel Fontes, subrayando que "muchas empresas aún están considerando" la decisión.

A principios de mes, la ministra de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social, Ana Mendes Godinho, declaró a Negócios y Antena1 que las empresas interesadas en adherirse al proyecto de la semana laboral de cuatro días son de diversos sectores, especialmente de la industria, el comercio, la información y la comunicación, con variedad geográfica y diferentes dimensiones.

El programa piloto consiste en evaluar la implantación de la semana de cuatro días, con la correspondiente reducción del número de horas de trabajo, sin reducir la remuneración, y está dirigido a los empresarios y sus trabajadores que voluntariamente deseen adherirse.

Las entidades que se inscriben en el programa piloto son evaluadas antes, durante y después del programa, utilizando indicadores relativos a la empresa, concretamente la productividad y los costes intermedios, y a los trabajadores, incluida la salud y el bienestar, utilizando una metodología que definirá el equipo coordinador.

El coordinador del proyecto piloto de la semana de cuatro días, Pedro Gomes, profesor de Birkbeck, Universidad de Londres, sostuvo a finales de octubre que la semana de cuatro días aún tiene "un camino muy largo" que recorrer hasta su implantación en Portugal , pero que "es un primer paso en un viaje que tardará muchos años en completarse".