Fue una medida controvertida, ya que se trata de un plan de moda que ha aportado sumas considerables a la economía portuguesa desde su creación. Sin embargo, el argumento en contra de centrarse principalmente en atraer inversión extranjera perjudicó a los habitantes locales, que necesitan ayuda para hacer frente a los costes de la vida.

La subida de los precios de la vivienda y los alquileres, unida a la espiral del coste de la vida, están dificultando que los residentes nativos de Portugal puedan permitirse una vivienda, alimentos y otros artículos de primera necesidad. Cuando se anunció el fin del visado de oro, se esperaba que esto indicara que era inminente un cambio para ayudar a las familias que luchan por llegar a fin de mes.

En la última semana, hemos visto más indicios de que el gobierno está cambiando de dirección para apoyar a los suyos. En primer lugar, el Ministro de Hacienda, Fernando Medina, anunció que no hay planes para reducir el impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 6% que grava los productos alimenticios básicos. Aunque una reducción beneficiaría a quienes luchan contra el aumento de los costes, Medina anunció rápidamente que Portugal seguiría concediendo subvenciones directas para ayudar a las familias más vulnerables.

En Bruselas, tras reunirse con los demás ministros de Economía y Hacienda de la Unión Europea, Medina confirmó que su Gobierno subvenciona a las familias más pobres de Portugal, que son las que actualmente gastan la mayor parte de su presupuesto en productos alimentarios básicos. Otras medidas de ayuda incluyen el aumento de las prestaciones sociales y del salario mínimo en 2023.

Reforzar los ingresos de los más vulnerables


En línea con el anuncio que vino con la cancelación de la Visa Dorada, el gobierno portugués se está centrando en el interior, alejándose del impulso para atraer inversiones externas al país. En cambio, su nuevo enfoque insular les lleva a reforzar los ingresos de las familias más vulnerables de Portugal. De hecho, las declaraciones de Medina indican que su principal objetivo ahora es garantizar que los más pobres de Portugal reciban tanta ayuda como sea posible.

Con este objetivo, no consideran prioritaria la reducción del IVA sobre los productos alimentarios básicos.

A pesar de estas noticias aparentemente positivas para los residentes más pobres, los activistas y los políticos de la oposición han querido poner de relieve los problemas que plantea centrarse en recortar el déficit. El Gobierno se encuentra ahora
bajo nuevas críticas por no redistribuir los mayores ingresos fiscales en
frente al aumento de los precios para las familias vulnerables y las empresas locales.

En febrero, los precios al consumo subieron un 8,2% interanual en Portugal. Aunque parece fuerte, se trata de una ligera desaceleración frente a la subida del 8,4% registrada en enero. Al mismo tiempo, la inflación subyacente (sin incluir los precios de la energía y los alimentos volátiles) subió un 7,2% interanual, frente al 7,0% de enero.

Los productos alimentarios no transformados suben de precio, provocando el aumento de la inflación subyacente: el coste de las frutas y hortalizas aumentó un 20,11% interanual en febrero, mientras que los productos energéticos sólo subieron un 1,96%.

Se redistribuirán los ingresos extra del Estado por la inflación


Tras las noticias sobre los planes del Gobierno para reforzar los ingresos de las personas vulnerables, el Primer Ministro portugués aseguró que los ingresos adicionales generados por la inflación se redistribuirán entre los portugueses.

En su intervención durante el debate de política general del Parlamento portugués, António Costa quiso destacar el crecimiento que se ha producido en términos económicos, como demuestran los resultados oficiales de la ejecución del presupuesto de 2022. Atribuyó este éxito a la "buena gestión" de las cuentas públicas.

Si estos resultados se confirman en la reunión del Consejo de Ministros, existe la perspectiva de emitir un programa orientado al "apoyo de carácter social, la intervención en el ámbito de los precios, en colaboración con la distribución minorista y la producción, y, en tercer lugar, la dimensión de la mejora salarial."

Las declaraciones de Costa respondían a las críticas del diputado del partido Livre Rui Tavares, que pronosticó que el déficit de 2022 podría ser un 1% inferior al previsto (0,5% en lugar de 1,5%), y cuestionó que el Gobierno estuviera dispuesto a retener "medio punto porcentual" o más para reinvertir en las familias portuguesas actualizando las pensiones y realizando un aumento extraordinario de las ayudas familiares.

El Primer Ministro se apresuró a señalar que la reducción del déficit en 2022 se logró reinvirtiendo los ingresos creados por la inflación y subrayó la dedicación constante del Gobierno a dar prioridad a la mejora de la situación de las familias portuguesas con dificultades.


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