El objetivo de la campaña era alertar a los conductores de los riesgos de conducir a velocidad excesiva, que es una de las principales causas de accidentes en las carreteras nacionales, y se inspeccionaron más de 2,8 millones de coches.

De los vehículos inspeccionados, 14.575 circulaban con exceso de velocidad, de los cuales 7.200 fueron detectados por los radares de las fuerzas de seguridad y 7.400 por los de la ANSR.