A la conferencia asistieron unos 1600 participantes de 80 países, entre ellos nuestro equipo, que escuchó una selección de las 200 ponencias que trataron, entre otros temas: planificación y preparación, prevención y extinción de incendios, gestión de riesgos, comunicación y cooperación internacional.

El tema principal de la conferencia fue la adopción de un planteamiento integrado de la gestión y la gobernanza de los incendios forestales, en el que participen no sólo los gobiernos, sino también el mundo académico, la sociedad civil, el sector privado y las comunidades, y que se centre más en la prevención que en la extinción, como se venía haciendo hasta ahora. Esto puede parecer obvio, ya que si se pudieran prevenir todos los incendios, no habría necesidad de extinción. Sin embargo, no es así, como hemos podido comprobar.

En todo el mundo, los recientes fenómenos meteorológicos extremos han causado daños e impactos sin precedentes en las comunidades, las economías y el medio ambiente. El cambio climático es la causa principal de la creciente incidencia de incendios forestales extremos. Según las previsiones, se estima que la frecuencia y la gravedad de los incendios forestales aumentarán, lo que exige un cambio fundamental en la gestión de los incendios forestales para centrarse en la reducción del riesgo de catástrofes, la adaptación al cambio climático y la prevención del riesgo de incendios forestales.

Por tanto, todos debemos estar preparados. Como primer paso, todos tenemos que entender los riesgos, ya que sin entenderlos no podemos gestionarlos y estar preparados.

Este año será más complejo que 2022, un año en el que Portugal sufrió muchos incendios, el 80% de ellos en el norte.

Los riesgos de incendios se extienden mucho más allá de la cuenca sur de Europa, y el año pasado hubo incendios forestales en el Reino Unido, la República de Irlanda y tan al norte como Finlandia. En la conferencia sobre incendios forestales, hablé con un director forestal de Irlanda y comentamos los incendios que afectaron al oeste de Irlanda el año pasado, que resultaron difíciles de extinguir, debido a su lejanía. Hablando con él, vio paralelismos con los incendios que sufrimos en las zonas septentrionales de Portugal el año pasado, sobre todo en Bragança y Serra da Estrela.

Por lo tanto, compartir conocimientos, experiencia y cooperación entre países es de vital importancia para hacer frente a una amenaza común. En términos globales, las vulnerabilidades han aumentado y cada vez es más probable que -en diversas partes del mundo- tengamos sucesos más complejos y de mayor envergadura relacionados con el clima; la cooperación internacional es absolutamente fundamental en este asunto.


Desarrollar una cultura de preparación


Teniendo esto en cuenta, ¿qué podemos esperar este año en Portugal? En abril tuvimos temperaturas récord y condiciones meteorológicas más propias de finales de junio que de abril. También hay previsiones de inestabilidad meteorológica y, como ha ocurrido recientemente en España e Italia, las tormentas con fuertes lluvias y granizo provocan inundaciones y corrimientos de tierra tras un largo periodo seco y caluroso. Esto también ha afectado en cierta medida al Algarve, con chubascos aislados y granizadas grandes y dañinas.

Esto demuestra que nos enfrentamos a fenómenos meteorológicos complejos e inestacionales. Por lo tanto, conocer los riesgos a los que estamos expuestos nosotros y nuestros bienes es aún más importante que antes. Los patrones meteorológicos dentro de Portugal continental también varían, y mientras escribimos este artículo, tenemos una situación en la que la mitad sur del continente está en bajo riesgo de incendio y gran parte del norte en muy alto/máximo. El 20 de mayo, la ANEPC envió una unidad de su Fuerza Especial de Protección Civil a España para ayudar en la lucha contra un gran incendio a unos 50 Kms de nuestra frontera, pero al mismo tiempo, se produjeron fuertes aguaceros e inundaciones en el sureste de España.

Todo ello hace necesario no sólo estar preparados, sino también inculcar entre la población una "cultura de la preparación", es decir, aprender a convivir con los incendios y la mejor forma de afrontarlos, con el objetivo de reducir su impacto en poblaciones y comunidades.

A este respecto, el presidente de la ANEPC, Duarte Costa, compartió valiosas reflexiones sobre lo que el gobierno ha hecho hasta ahora y lo que pretende hacer, además de sus ambiciones. Dado que los incendios forestales han surgido también debido a la tendencia a la migración del campo a la ciudad que se viene produciendo en las últimas décadas, el gobierno va a presentar un plan para incentivar a aquellos que han abandonado sus tierras y casas en las zonas rurales para que vuelvan y desarrollen asentamientos e infraestructuras; la urbanización es un componente clave para evitar que se produzcan incendios forestales. Esto también está en consonancia con el concepto de diseño paisajístico, un tema recurrente a lo largo de la conferencia.

El diseño paisajístico es otra herramienta clave para gobiernos, comunidades y particulares, que puede utilizarse para que el paisaje sea más inteligente a la hora de hacer frente a los incendios forestales. Esta práctica puede utilizarse tanto para prevenir como para provocar incendios, por ejemplo, con fines de limpieza. Como dijo Duarte Costa, "no hay que tener miedo a los incendios, ya que el fuego también puede ser bueno". Se trata de una observación importante del Sr. Costa, ya que pone de relieve una vez más la necesidad de que todos comprendan los incendios y su gestión, sin tener miedo a buscar una conceptualización avanzada de la gestión del fuego para las comunidades. De hecho, la ANEPC ha realizado un trabajo fantástico para gestionar mejor el riesgo de incendios, habiendo invertido el 50% de su presupuesto en prevención y el 50% en extinción, con la ambición de invertir hasta el 70% en prevención y el 30% en extinción en un futuro próximo.

Sería un logro admirable, ya que el propósito es realmente salvaguardar las comunidades, pero también nuestra madre tierra, el hogar de cada uno de nosotros.


por David Thomas y Antonia Vignolo - Comunidades Seguras Portugal