Además del proceso natural de envejecimiento, factores individuales como la genética, las enfermedades y los cambios hormonales influyen en la salud de la piel.
También hay factores externos que aceleran el envejecimiento: la exposición intensa al sol, el sedentarismo, la mala alimentación, el tabaquismo, la falta de sueño, dormir maquillado y el consumo excesivo de alcohol.
La buena noticia es que es posible ralentizar este proceso sin necesidad de procedimientos estéticos, sólo cambiando algunos hábitos.
- Conozca su tipo de piel: Antes de comprar cualquier producto, es importante conocer tu tipo de piel para que funcione eficazmente. Para saber si tu piel es seca, mixta o grasa, consulta a un dermatólogo o presta atención a cómo se comporta en el día a día.
- Bebe agua: Beber mucha agua es importante para retrasar el envejecimiento de la piel por varias razones: el agua mantiene la piel hidratada, evitando la sequedad y la descamación, características comunes del envejecimiento cutáneo. Una hidratación adecuada ayuda a mantener la elasticidad de la piel, reduciendo la aparición de arrugas, y ayuda a eliminar las toxinas del organismo, lo que contribuye a tener una piel más clara y sana.
- Hidratación de la piel con cremas: Para una hidratación completa de la piel, también es importante utilizar cremas hidratantes. No olvides hidratar el cuello y el escote, ya que en estas zonas la piel es más fina, la cantidad de colágeno es menor y sufre más la sequedad.
- Uso de vitamina C: El uso de cremas o sérums con vitamina C ayuda a bloquear la acción de los radicales libres que contribuyen al envejecimiento de la piel. Esta vitamina también actúa como rejuvenecedor.
- Exfoliación: Exfoliarse una vez a la semana es esencial para retrasar el envejecimiento de la piel. Ayuda a eliminar las células muertas, estimula la circulación sanguínea, mejora la absorción de los productos, reduce las manchas y estimula la producción de colágeno.
- Uso de protección solar: El bloqueo de los rayos UVA y UVB hace que la piel envejezca más lentamente. El filtro debe utilizarse a diario, incluso en días nublados o lluviosos. Es importante utilizar correctamente el protector solar a diario (SPF 30 o superior) y también utilizar accesorios para la protección ultravioleta como ropa, sombreros y gafas.
- No fume: Según los expertos, el tabaco es uno de los peores enemigos de la piel. Fumar aumenta las arrugas y deja la piel apagada y sin vida.
- Limpieza de cutis: Limpia tu piel dos veces al día con jabones faciales específicos para ello. Esta sencilla acción ayuda a prevenir daños, siendo un importante aliado contra el envejecimiento.
- Hábitos saludables: Tener una rutina de actividad física y mantener una dieta saludable rica en frutas y verduras ayudan a que tu piel luzca bella y luminosa. También es importante consumir grasas buenas y omega-3, presentes en el atún, las sardinas, el salmón y el aguacate. Uno de los mayores villanos de la piel es el azúcar refinado porque participa en el proceso de descomposición del colágeno.