"En cuanto a la participación, a escala nacional, participó en torno al 90% de la mano de obra. Los trabajadores de las empresas de trabajo temporal eran los que ponían la maquinaria en marcha. Personas sin cualificación técnica realizaban el embarque y la seguridad aérea estaba totalmente comprometida", declaró a Lusa el director del SIMA, Carlos Oliveira.
Carlos Oliveira también criticó la postura de la empresa de handling (asistencia en tierra) durante esta huelga, denunciando la existencia de trabajadores que hacían dos turnos o amenazas para que el servicio no se viera afectado por la huelga.
"Hemos vuelto a los tiempos de Salazar. Las amenazas a los empleados de las empresas de trabajo temporal eran a nivel de la PIDE y tengo pruebas. La presión de Menzies fue aterradora y sin precedentes en 30 años", dijo, añadiendo: "Los departamentos jurídicos de los sindicatos emprenderán acciones legales contra las empresas y tenemos los fundamentos necesarios para iniciar acciones penales y dirigirnos al Ministerio Público".
Los trabajadores de la empresa de handling convocaron dos días de huelga en los aeropuertos de Lisboa, Oporto, Faro, Madeira y Porto Santo.
La información facilitada por el SIMA fue desmentida por una fuente oficial de Menzies, que aseguró que "no hubo ninguna amenaza ni coacción a los trabajadores" y agradeció "la profesionalidad" de quienes permitieron una huelga sin afectar a las operaciones en los aeropuertos.
"La participación en la huelga fue baja y no hubo cancelaciones ni irregularidades operativas. Reorganizamos los equipos y no hay limitaciones. La seguridad es un valor clave para Menzies", declaró la misma fuente a Lusa.
Según el dirigente sindical, también se cancelaron 15 vuelos el domingo y "cinco o seis" el sábado, además del impacto en el transporte de equipajes.
Sin embargo, una fuente oficial de Menzies subrayó que hubo "cero cancelaciones" de vuelos debido a la huelga y no reconoció las quejas sobre posibles fallos en el manejo del equipaje de los pasajeros.