Durante la revolución del 25 de abril de 1974, los portugueses reconocieron a algunas personas como personajes distinguidos por sus acciones durante la revolución. Celeste Caeiro fue una de las personalidades que los portugueses admiran y aprecian por sus sencillos actos, que dieron nombre a la revolución.

En la época de la revolución, Celeste Caeiro trabajaba en un restaurante que celebraba su primer aniversario. Sin embargo, la presencia de los soldados en las calles hizo que todos los establecimientos cerraran, incluido el lugar de trabajo de Celeste. Para celebrar la fecha, su jefe quiso repartir flores, concretamente claveles, a todas las mujeres que comieran en el restaurante.

Con el restaurante cerrado, el jefe entregó las flores a las empleadas, pero cuando Celeste Caeiro salió, los soldados y muchos otros civiles pasaban por las calles. Con muchas flores en la mano, Celeste preguntó a uno de los soldados qué estaba pasando, y según muchas declaraciones suyas, el soldado respondió: "Es una revolución", y le pidió a Celeste un cigarrillo. La mujer nunca fumó, por lo que no pudo darle un cigarrillo y le entregó un clavel, que él colocó en el cañón de su fusil. Desde Chiado hasta Igreja dos Mártires, Celeste regalaba claveles a los soldados, que también ponían la flor en sus fusiles.


Las fotos de los soldados llevando el clavel en sus fusiles se difundieron por todo el mundo, dando nombre a la revolución pacífica ocurrida el 25 de abril de 1974, que acabó con la dictadura de extrema derecha vivida en Portugal desde 1933.

Celeste Caeiro murió meses después del 50 aniversario de la revolución, fecha que, además de por consejo médico, celebró junto a su nieta, regalando claveles a las personas que también celebraban la fecha en Lisboa. ¡Celeste Caeiro también estuvo presente en el Avante! Party, celebrando junto al Partido Comunista Portugués la misma fecha. João Ferreira, del partido comunista, reveló, tras el funeral de Celeste, que el Ayuntamiento de Lisboa quería concederle una Medalla de Honor, pero no fue posible hacerlo antes de su muerte.


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Deeply in love with music and with a guilty pleasure in criminal cases, Bruno G. Santos decided to study Journalism and Communication, hoping to combine both passions into writing. The journalist is also a passionate traveller who likes to write about other cultures and discover the various hidden gems from Portugal and the world. Press card: 8463. 

Bruno G. Santos