El estudio analizó cinco de los 40 equipos comunitarios de salud mental financiados por el PRR y muestra resultados coherentes: en 2022 ya se había reducido en un 28,4% el número de ingresos hospitalarios, en un 26% los días de hospitalización y en un 38,4% los reingresos.
En términos económicos, el retorno estimado fue de 12,90 euros por cada euro invertido en 2022 y de 14,50 euros en 2023. El ahorro anual en estos cinco equipos asciende a 2,3 millones de euros, suficiente para financiar entre 11 y 13 nuevos equipos.
"El retorno ofrecido es absolutamente abrumador", asegura el coordinador nacional de políticas de salud mental, Miguel Xavier. En declaraciones a Lusa, explicó que cada equipo de salud mental cuesta unos 170.000 euros al año y señaló que, con estas cifras en la mano, es necesario "garantizar el mantenimiento de estos equipos y la cobertura de todo el territorio".
"Nuestro trabajo a partir de ahora, demostrando el gran valor coste-beneficio, es que parte de este dinero se pueda aplicar, naturalmente, a reforzar los equipos que existen", argumentó.
Miguel Xavier dijo que, en total, el país cuenta con unos 100 equipos comunitarios de salud mental, pero varios están incompletos. "Y estos resultados sólo se logran con equipos completos. Esto sí que es trabajo en equipo", insistió.
Miguel Xavier también recordó un factor que "marca la diferencia" en el trabajo de estos profesionales: "Cuando creamos los equipos PRR, les dimos un coche a cada uno. Sólo así pueden tener un medio de transporte para ir a casa de la gente".
"El impacto de los equipos comunitarios de salud mental va más allá de los números: fomenta la proximidad, la continuidad asistencial y reduce las desigualdades. Estos resultados demuestran la sostenibilidad del modelo y su potencial de expansión", subrayó.
Además de los beneficios clínicos y económicos, la intervención de los equipos comunitarios de salud mental tiene un impacto medioambiental medible: en las cinco áreas evaluadas, la reducción del 26% del número de días de hospitalización en 2022 respecto a 2019 se traduce en un ahorro estimado de 25-34 toneladas/año de residuos hospitalarios (suponiendo 6-8 kg/cama/día).
Extrapolando al país, y partiendo de la producción hospitalaria en 2022, una reducción del 28,4% en el número de personas ingresadas supondría unos 4.000 ingresos y 86.000 días de hospital evitados al año, lo que corresponde a 520-690 toneladas/año de residuos hospitalarios evitados.






