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Nos centramos en los bosques de alcornoques... no hay muchas áreas en las que Portugal sea el líder mundial, pero el corcho es una de ellas. Y el corcho es casi un producto perfecto "en bruto". Estos bosques constituyen uno de los ecosistemas más ricos del mundo. Junto con lugares como las sabanas africanas, el Amazonas y Borneo... lo cual es importante.

Tienen un delicado equilibrio y este ecosistema sólo existe en la cuenca mediterránea. Los árboles crecen desde el nivel del mar hasta los 500 metros. No sólo esto, más de 200 especies animales y más de 130 tipos diferentes de plantas prosperan en estas condiciones ideales. Los bosques de alcornoques actúan como una barrera contra los incendios, dada su lenta combustibilidad.

Portugal tiene unas 737.000 hectáreas de bosques de alcornoque de un total de 2,2 millones en la Cuenca Mediterránea Occidental, de las cuales 0,70 millones de hectáreas se encuentran en el norte de África. Se trata de una región que ofrece las mejores condiciones en cuanto a composición del suelo, temperatura, agua y altitud. Portugal tiene alrededor del 34% de la superficie del mundo con España y Marruecos con el 27% y el 18% respectivamente. Los bosques tienen la capacidad de absorber más de 30 millones de toneladas de CO2 por año, ayudando de manera importante a reducir los efectos de invernadero, que es la principal causa del calentamiento global.
El corcho es un producto crudo que se puede obtener sin necesidad de talar árboles. Es renovable, reciclable y reutilizable. Y los alcornoques tienen una buena longevidad, viven hasta 200 años. Durante la vida del árbol puede ser despojado más de 15 veces. La primera vez después de 25 años, luego necesita 9 años para recuperarse. Por tercera vez (otros 9 años), el corcho adquiere una calidad superior.

El proceso de extracción del corcho (stripping) es altamente especializado pero no daña el árbol. Extrañamente es el único roble cuya corteza se regenera después de cada ejercicio de stripping. En la producción, el corcho requiere un bajo uso de energía. De manera única, es la única materia prima que garantiza el mismo rendimiento durante la vida del producto.

Los trabajadores reciben una paga generosa. Necesitan saber exactamente cómo manenar el producto para trabajar. La industria del corcho crea muchos puestos de trabajo. Ayuda a evitar la desertificación. Más de 100.000 personas en todo el Mediterráneo trabajan directa e indirectamente con el corcho. Hay mucho en juego.

Afortunadamente, la perspicacia de la familia Amorim de Portugal fue capaz de mantener el corcho relevante cuando los sellos alternativos y baratos llegaron al mercado hace 20 años. La empresa, Corticeira Amorim, invirtió sabiamente, se diversificó en nuevos sectores (como la construcción, la aviación y el ferrocarril) y se expandió hacia el lujo.

La próxima vez que saque un corcho de su botella de vino favorita, deténgase, saboree y piense...