La organización ambientalista portuguesa Quercus ha advertido que el amianto se está vertiendo indebidamente en contenedores de basura normales, matorrales y canteras en desuso, y ha reiterado los peligros del material peligroso para la salud.

Hace dos semanas la asociación SOS Amianto, que cuenta con el apoyo de Quercus, advirtió que la prohibición de los vertederos de residuos no peligrosos que reciben residuos de fibrocemento, dictada por la Agencia Portuguesa del Medio Ambiente (APA), podría dar lugar a un aumento de los vertidos ilegales.

La norma técnica publicada en abril determinó la prohibición de depositar fibrocemento que contenga amianto en ocho vertederos nacionales, con lo que el uso de esas instalaciones quedó reducido a las opciones existentes en Chamusca, distrito de Santarém.

Quercus dice que ha recibido varias quejas sobre el vertido de residuos de amianto, y añade que le preocupa la situación actual, ya que el amianto es una sustancia cancerígena y tóxica y plantea graves riesgos para la salud pública.

En declaraciones a la emisora de televisión SIC, la portavoz Carmen Lima afirmó que la organización no tiene ninguna duda de que esta situación se debe a los procedimientos de la APA para la eliminación del amianto, y que los residuos que no se envían a Chamusca se depositan, supuestamente, "en contenedores de basura indiferenciados, en matorrales o en canteras de arena y piedra abandonadas".

Esto, teme la asociación, tendrá un impacto "no sólo en la salud de las personas que lo manipulan, que a menudo desconocen los riesgos de la exposición al amianto y no se protegen adecuadamente, sino que, si se coloca en un contenedor de residuos indiferenciado, tendrá un impacto en la salud de los trabajadores de la higiene urbana, y si se deja en matorrales o canteras tendrá un impacto en la salud de los que pasean por allí".

Quercus cree que la solución adecuada sería obligar a los vertederos a adaptarse a los requisitos de las directivas y las buenas prácticas internacionales.

Si no se controla la situación, advirtió, Portugal podría tener que invertir en la limpieza de los residuos.

La falta de inspecciones y de formación de los trabajadores que están en contacto con el amianto son otros problemas que podrían tener graves consecuencias.
Según el informe de la SIC, el año pasado, sólo cuatro de los 11 vertederos fueron inspeccionados por las autoridades.

El uso y la comercialización del amianto está prohibido en Portugal desde 2005.

Un gran número de edificios y estructuras en Portugal incorporan el material peligroso, ya que su uso estaba muy extendido, incluso en las escuelas.
Con este fin, el gobierno ha lanzado una iniciativa para empezar a suprimirlo. En julio anunció un programa nacional que permitirá la eliminacisinonimoón gradual del amianto en más de 250 escuelas de Lisboa, el Alentejo y el Algarve, con una inversión total de 60 millones de euros.

El Ministerio de Educación firmó un acuerdo con 58 municipios para la eliminación del amianto en 255 escuelas de Lisboa y el Vale do Tejo, el Alentejo y el Algarve.