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Nos centramos en el interior - esta vez en el "barroco" del Algarve. El término "barrocal" se deriva de la arcilla y la cal (barro = arcilla y cal = cal).

Geográficamente es la zona central que se encuentra entre las sierras del norte (Sierra del Caldeirão) que bordean el Alentejo y el litoral meridional, y que se extiende desde el Cabo San Vicente en el oeste hasta casi la frontera española en el este. Compuesta por ondulantes estribaciones y montañas interiores, esta subregión atraviesa longitudinalmente el Algarve. En términos geológicos, se caracteriza por elevaciones de piedra caliza de forma irregular, que rara vez superan los 400 m, llamadas barrocos.

Lo que lo hace especial es que el barroco es conocido por su encanto tradicional de pueblos y aldeas encaladas. El ritmo de vida aquí es muy lento. Entre las antiguas quintas, los campos arados están cubiertos de fragantes naranjales, higueras, algarrobos y olivos, y de vegetación de matorral mediterráneo compuesta de encinas, rosas de roca, romero, tomillo, lavanda y arbustos. Algunas granjas todavía trabajan con mulas y caballos.

El barroco es una gran parte del Algarve que aún permanece intacta. Mientras que los turistas de invierno vienen a ver las espectaculares flores de almendro en enero-febrero, disfrutando de la mejor parte poco poblada del Algarve, (que ha mantenido sus tradiciones), la mayoría de los veraneantes no lo visitan. De hecho, muchos pueblos apenas reciben visitantes.

Un número creciente de personas se han dado cuenta de que este es también un gran destino para caminar. Colinas, pequeñas montañas, valles estrechos y profundos desfiladeros están cubiertos de alcornoque, cuya corteza se cosecha para crear una variedad de productos. Estos bosques especiales combinan un ecosistema escaso y específico con una impresionante biodiversidad, incluyendo aves, y un gran número de anfibios, reptiles, mamíferos y mariposas.

Disfrute de la belleza y la tranquilidad del paisaje. Y cuídelo dondequiera que lo visite. No traiga su vieja nevera ni la deje en un camino lleno de baches. O si está de excursión, no tire botellas de agua de plástico vacías y envoltorios de barritas energéticas en medio de las flores. Nada de acampar en esos escondites - la cabaña de piedra abandonada pertenece a alguien, y absolutamente nada de fogatas para cocineros astutos, porque “nadie” siempre deja un desastre.