El lince ibérico es una de las especies más amenazadas del mundo. Sin embargo, los resultados muestran que la tasa de natalidad (tasa de productividad) en el Valle del Guadiana es la más alta de la península, destacando que en 2019, de las 13 camadas referidas, tres dieron cinco crías cada una, cuando anteriormente el máximo registrado era de cuatro crías por camada.

Normalmente, la falta de alimento, esencialmente liebres, es la principal razón de la disminución de la existencia de estos animales. Un lince ibérico necesita un conejo al día para alimentarse, mientras que una hembra preñada puede necesitar tres.

El ICNF añade que esta tasa de nacimientos "revela la abundancia de alimento, la disponibilidad y adecuación del hábitat y la tranquilidad que proporcionan los propietarios y gestores del territorio, además de la aceptación de la población residente".

Los resultados del Censo también revelan que la población de lince ibérico en el Valle del Guadiana alcanzó a finales de 2019 un total de 107 ejemplares, de los cuales 61 son adultos de más de un año y 46 cachorros nacidos en la primavera del año pasado, de 13 hembras reproductoras, de un total de 27 hembras referenciadas.