La red criminal operó en varios países y blanqueó un total de 10 millones de euros, seis millones de los cuales pasaron por cuentas bancarias en Portugal, según la policía de PJ, que dirigió la investigación. Autoridades de 15 países estuvieron involucradas en la investigación. El montaje logró abrir 272 cuentas bancarias en Portugal, utilizando estafas informáticas y constituyó 32 empresas, utilizando para ello 28 identidades falsas. No hay ciudadanos portugueses entre las 20 personas detenidas por sospecha de blanqueo de dinero.