La situación de contingencia, introducida el 15 de septiembre, vio la aplicación de medidas que restringen las reuniones y los horarios de apertura de los establecimientos, en un intento de frenar la propagación de covid-19. Entre esas medidas estaba la prohibición de que los supermercados e hipermercados vendieran alcohol después de las 20 horas.

Pero esta medida ha suscitado críticas entre los compradores, ya que los consumidores la describen como "más que ridícula" y tratan a los compradores "como niños".

Alison Ireland, residente en el Algarve desde hace mucho tiempo y expatriada por cuenta propia, dijo a The Portugal News: "es simplemente absurdo; a veces me gusta beber una copa de vino con la cena y no siempre tengo una botella en la nevera, trabajo largas jornadas y a veces no puedo llegar al supermercado antes de las 8pm".

La Asociación Portuguesa de Empresas de Distribución (APED), que agrupa a un grupo de empresas del sector minorista, mayorista y de comercio electrónico, representa más del 11% del producto interno bruto de Portugal.

La APED calificó la restricción de la venta de bebidas alcohólicas a partir de las 20.00 horas de "una falacia" y de "medida puramente populista".

"Sólo contribuye a un aumento del flujo en las tiendas entre las 19 y las 20 horas y no es eficaz en términos preventivos", consideró Gonçalo Lobo Xavier, director general de la APED, quien, en comentarios a The Portugal News, dijo: "Esta medida se basó en las vacaciones y en la reunión de los jóvenes, especialmente en la región de la Gran Lisboa. Ahora, las clases han comenzado, el verano ha pasado y el resto del país no adopta el mismo comportamiento que la región de Lisboa.

"Esta medida sólo llegó a causar perturbaciones innecesarias en el resto del país y no contribuye a la salud pública".

El Sr. Lobo Xavier sostiene que los especialistas en salud son claros al decir que "la segunda ola de contagio puede mitigarse evitando las aglomeraciones".
En su opinión, la prohibición de la venta de alcohol extendida a todo el país ha causado "una congestión innecesaria al final del día y una mayor perturbación a un sector que siempre ha trabajado para servir a los consumidores, cumpliendo y anticipándose a todas las normas de seguridad, lo que es esencial para mantener la confianza de los consumidores en las tiendas".