La petición fue organizada por Ilia Bobin, un médico ruso que huyó del régimen de Putin y vive en Portugal desde hace tres años. Con 12.167 firmas, pide que los cambios propuestos por el gobierno en la ley de nacionalidad -ampliando el periodo de residencia requerido a siete años para los nacionales de habla portuguesa y diez para los demás- sólo se apliquen a los recién llegados. Los que ya viven en Portugal deben mantener el requisito actual de cinco años, afirma la petición.

"Somos muchos los que trabajamos y queremos integrarnos", dice Bobin, que vive en Seixal y está aprendiendo portugués con la esperanza de ejercer la medicina. Hasta entonces, dirige un negocio de limpieza con su mujer. Dijo que eligió Portugal en parte por sus justos plazos de naturalización.

El grupo inició la petición para proteger las expectativas de miles de residentes extranjeros que han planificado sus vidas, carreras y futuros en torno a la norma de los cinco años. Argumentan que aplicar las nuevas normas con carácter retroactivo no sólo sería injusto, sino que además vulneraría el principio de seguridad jurídica consagrado en la Constitución portuguesa.

Entre los firmantes hay profesionales de sectores como la informática, la empresa, la sanidad y los servicios, así como padres de niños que ya están integrados en el sistema escolar portugués. "No somos inmigrantes potenciales, ya estamos aquí", argumentan.

La petición subraya que los residentes extranjeros siguieron la ley de buena fe y ahora corren el riesgo de ver trastocados sus planes. En su recurso se citan principios jurídicos como la protección de las expectativas legítimas, la prohibición de leyes retroactivas y la igualdad ante la ley.

La petición también destaca estudios internacionales que demuestran que la naturalización ayuda a los inmigrantes a integrarse más plenamente, con mejores perspectivas laborales, mayores ingresos y lazos comunitarios más fuertes.

Aunque el gobierno afirma que los cambios son necesarios, los críticos señalan que eliminar la vía de la ciudadanía a los residentes actuales no reducirá la inmigración, sino que podría incitar a los inmigrantes más cualificados a marcharse.

Las reformas legales propuestas se debaten actualmente en el Parlamento portugués. Incluyen no sólo cambios en la duración de la residencia requerida para la naturalización, sino también nuevas normas que permiten la revocación de la ciudadanía en casos de delitos graves, medidas que ya se enfrentan a las objeciones constitucionales de los partidos de izquierda.