Escuchar es especialmente importante cuando intentamos apoyar a un ser querido durante un periodo de enfermedad.

Podemos pensar que somos buenos oyentes, pero durante una conversación cargada de emociones, nuestra mente puede nublarse con nuestras propias emociones, lo que a su vez puede impedirnos escuchar verdaderamente al otro. Si un amigo o familiar le ha dicho alguna vez: "Qué bien escuchas", es muy probable que haya demostrado uno o varios de los siguientes aspectos de la escucha activa. En cursiva he añadido algunas notas de entrenamiento con la esperanza de que te ayuden a desarrollar más tus habilidades:

1. Enfréntate al orador y mantén el contacto visual durante el tiempo suficiente sin que resulte intimidatorio; en su lugar, haz una pausa de unos segundos y mira su boca, su ojo izquierdo o su ojo derecho. 2. Mantén una postura abierta e inclínate ligeramente hacia la otra persona: esto transmite que estás interesado y atento a escuchar; evita cruzar los brazos, ya que es una postura defensiva. No desvíes la mirada, ya que esto podría transmitir que estás incómodo o aburrido. Este elemento puede resultar incómodo para algunos oyentes "activos" principiantes, por lo que hay que intentar practicar estas habilidades de forma encubierta cuando se está relajado socialmente con amigos o familiares.

2. 2. Escuchar las señales no verbales, es decir, las expresiones faciales, el tono de voz, los gestos y el lenguaje corporal. Un familiar recientemente afligido con una gran sonrisa en la cara, con los brazos cruzados y los hombros encorvados puede ocultar lo que realmente siente.

3. Evite las interrupciones , ya que pueden ser frustrantes para el orador y le comunican que lo que usted tiene que decir es más importante. Deja que haya pausas y unos momentos de silencio antes de intervenir con tus propias palabras. Esto da al orador tiempo para ordenar sus pensamientos y le permite reflexionar. Si eres un "interruptor" habitual, intenta romper el hábito comportándote de forma opuesta con tus amigos y familiares.

4. Escuche sin juzgar y evite sacar conclusiones precipitadas , ya que esto le impedirá escuchar otras partes de la conversación. Además, no des por sentado que sabes lo que se va a decir a continuación. Durante cinco minutos, practica con un amigo cercano el arte de escuchar simplemente lo que dicen. Pídeles que te den su opinión sobre la calidad de tu escucha, e intercambia y siente lo que se siente al ser escuchado sin ninguna interrupción.

5.
Es imposible escuchar activamente y preparar lo que vas a decir al mismo tiempo. Haz el ejercicio del punto 4 durante cinco minutos, y cambia. Experimenta lo que se siente al retener lo que te quema por dentro.

6. Indica que estás escuchando, por ejemplo, mueve la cabeza, sonríe y haz gestos afirmativos como "sí" y "eh" para indicar que estás en sintonía, lo que a su vez anima al interlocutor a continuar. Estar distraído con el teléfono o jugar con el pelo demuestra lo contrario y disuadirá al interlocutor de abrirse a ti. Practica este aspecto en los ejercicios 4 y 5 con un amigo íntimo o un compañero de trabajo, y obtén feedback, intercambia y siente lo que es que te escuchen de verdad.

7.
No impongas tus soluciones u opiniones. Esto ayuda a crear un espacio seguro para que el interlocutor desahogue sus sentimientos en lugar de presionarle para que responda a tus soluciones. Si realmente debes compartir tu solución ofrécela como una posibilidad preguntando: "¿te gustaría escuchar mi sugerencia?".

8. Manténgase centrado. Elige un entorno con muy pocas o ninguna distracción. Lo ideal es que tu teléfono esté apagado o en silencio durante la conversación. Intenta repetir sus palabras en tu cabeza a medida que las dicen: esto te ayudará a concentrarte y reforzará lo que están diciendo. Practica esta habilidad también en los ejercicios 4-6.

9. Haz preguntas. Pueden ayudar a transmitir que has estado escuchando y que has entendido al orador. Elige preguntas cerradas cuando sólo necesites un "sí" o un "no" como, por ejemplo, "¿Querías decir esto?" o utiliza una pregunta aclaratoria para verificar "¿Puedo comprobar que he entendido lo que estabas diciendo sobre...". Además, utiliza preguntas abiertas cuando quieras que alguien se abra un poco más, por ejemplo, "¿cómo te ha hecho sentir eso?".

10. Parafrasear y resumir. Esto también se conoce como "reflejar", y básicamente significa repetir lo que acabas de escuchar, lo que indica que has escuchado bien. Por ejemplo, "parece que estás diciendo..." o "parece que estás diciendo...". Esta es una habilidad excelente para practicar con amigos cercanos, utilizando los ejemplos de los puntos 4, 5 y 6. Practica durante 15 minutos, obtén una retroalimentación y cambia para experimentar lo que se siente al ser escuchado activamente.

La escucha activa requiere mucha práctica, pero estoy seguro de que practicando estas habilidades con un amigo te convertirás en un oyente más eficaz durante los diálogos de la "vida real".


Tanto si adoptas la habilidad de la escucha activa como si no, me gustaría concluir que apoyar a una persona con una enfermedad puede ser tan sencillo como verla como un ser humano y no como un enfermo; al fin y al cabo, en el fondo sigue siendo la misma persona que conocías antes de su enfermedad. Prestarle tu hombro para llorar y sentarte con él (incluso cuando tú mismo estás preocupado y con molestias) durante una estresante cita para el diagnóstico son simples gestos de amor y apoyo incondicionales.

Si estás luchando por apoyar a alguien con una enfermedad, puedo ofrecerte un oído atento y técnicas de relajación para ayudarte a sobrellevar este difícil momento. Por favor, llámame al 910 665 601 para una breve consulta complementaria para hablar de tu situación actual y para concertar una cita. También puedes enviarme un correo electrónico a, paul@naturaljokiflow.com