Según un informe de NM, a pesar de su forma inusual, no se trataba de una demostración de vida extraterrestre, sino de una nube lenticular.

Según los expertos, el fenómeno se debió a los vientos de la zona cercana a Lisboa.

Este tipo de nube se forma por la presencia de fuertes vientos húmedos en terrenos abruptos, como montañas o valles.

Según el meteorólogo Derek Van Dam, en declaraciones al diario británico Telegraph -con motivo de una aparición similar en Sudáfrica-, estas nubes son relativamente comunes, aunque son necesarias condiciones especiales para que se formen.


Según Van Dam, las nubes se forman cuando el aire que se desplaza por la superficie terrestre choca con un obstáculo, como una montaña. El aire en movimiento altera así su curso, provocando un remolino, y haciendo que el vapor de agua se condense para generar estas formas.