Según el ICNF, desde 2020 se han registrado interacciones entre orcas y embarcaciones, en su mayoría veleros, en el Estrecho de Gibraltar, la costa portuguesa y Galicia (España).

"Dado que se desconocen las razones de este comportamiento reciente y repetitivo hacia los buques, se sabe que las interacciones iniciales, llevadas a cabo por un pequeño grupo de orcas juveniles, son realizadas actualmente por un grupo más amplio de animales".

El ICNF advierte de que, dado el tamaño de los animales adultos (un máximo de ocho a nueve metros de eslora y de tres a cinco toneladas de peso), la interacción más intensa de las orcas con embarcaciones semirrígidas u otros tipos de embarcaciones más pequeñas, como las utilizadas para el avistamiento de cetáceos, puede tener consecuencias más graves.

El instituto determina que en los casos en que las orcas intenten acercarse a las embarcaciones, éstas se alejen y que siempre que los animales se acerquen a los barcos sin que la tripulación se dé cuenta, la embarcación se detenga, dejando, eso sí, el motor en marcha, reanudando la marcha sólo cuando los animales se alejen.

Estas prohibiciones están contempladas en un decreto-ley destinado a conservar los hábitats naturales y la fauna y flora silvestres en el territorio de la Unión Europea.

Todas estas prohibiciones estarán vigentes hasta el último día del año.

Según datos del Grupo de Trabalho Orca Atlântica (GTOA) -un equipo de investigadores españoles y portugueses de la vida marina que estudian las orcas cerca de la Península Ibérica-, en 2022 se registraron más de 200 interacciones entre orcas y embarcaciones en la costa atlántica de Portugal y España.