Según Florêncio Cacête, coordinador del proyecto, unos dos mil de los 30.000 documentos digitalizados previamente en el Archivo Digital del Cante ya están accesibles en línea, y se espera que los demás lo estén en breve.


A través de la investigación, el trabajo de campo y la colaboración con los líderes de los grupos, el equipo ha digitalizado innumerables documentos, reconstruyendo fragmentos de la historia. Desde 1926 se han identificado 367 grupos, algunos aún activos y otros ya extinguidos.

Estos grupos se extienden desde Gavião, en el Alto Alentejo -sorprendentemente, ya que acogió a un grupo en 1955-, hasta Ourique, en el Bajo Alentejo, corazón de la tradición. El Cante Alentejano también ha llegado al Algarve, al área metropolitana de Lisboa e incluso a París, Canadá y Angola.

Diez años después del reconocimiento de la UNESCO, Florêncio Cacête asegura que "el Cante está vivo y goza de buena salud", aunque señala retos como la necesidad de apoyo técnico y financiero para mantener la tradición. El reconocimiento de la UNESCO propició la creación y el renacimiento de grupos, muchos de los cuales surgieron durante el proceso de candidatura.

Para el equipo de Digital Achieve, preservar la historia del Cante Alentejano es un compromiso de por vida. Trabajan incansablemente para recuperar documentos vitales, a menudo a contrarreloj para salvar registros de personas que luchan por su salud, garantizando así que esta tradición resista el paso del tiempo.