La Asociación Portuguesa de Fabricantes de Pirotecnia y Explosivos(APIPE) estima que las empresas del sector perdieron aproximadamente 2 millones de euros en cinco días debido a la prohibición de espectáculos pirotécnicos en virtud del estado de alerta decretado por el Gobierno desde el domingo y que se prolongará hasta el jueves.
APIPE critica la medida del Gobierno por implicar una "prohibición ciega" del uso de fuegos artificiales en todo el país, incluso cuando los eventos tienen lugar sobre el agua y en lugares sin riesgo, según un informe del Jornal de Notícias.
"Todas las medidas son bienvenidas para proteger el bosque, pero están destinadas a protegerlo a él, no a las aguas de los océanos, los embalses, los ríos y los centros de las ciudades. Es nuestra indignación, pero obviamente estamos aquí y aceptamos las decisiones injustas de los gobernantes", afirma Carlos Macedo, presidente de la asociación. Calcula que sólo el domingo "se cancelaron decenas de espectáculos, y el jueves serán más de cien".