En una pregunta dirigida a la ministra de Sanidad, Ana Paula Martins, el grupo parlamentario socialista quiere saber si el Gobierno se plantea revisar esta decisión, dadas las "preocupaciones expresadas" por varios expertos y asociaciones sobre las implicaciones de este cambio para el "abordaje multidisciplinar del tratamiento de la diabetes y la prevención del ictus."
En cuestión está un decreto, que entró en vigor el 8 de agosto, que establece que sólo los médicos especialistas en endocrinología y nutrición, medicina interna, pediatría y medicina general y de familia están autorizados a prescribir sensores de monitorización intersticial de glucosa y medicamentos de la clase de los agonistas del receptor GLP-1 (semaglutida, dulaglutida, liraglutida y exenatida).
Esta clase de medicamentos incluye el Ozempic, desarrollado para tratar la diabetes de tipo 2, pero que también se utiliza para combatir la obesidad y ayudar a perder peso.
Los socialistas afirman que este decreto, que "pretende dar respuesta a un problema recurrente de escasez de sensores", podría tener el efecto de "impedir el acceso a medicamentos que tienen claros beneficios cardiovasculares" y convertirse en un "bloqueo al acceso a medicamentos necesarios para un grupo muy significativo de la población."
"Crear barreras y limitar el acceso de los usuarios no debe ser el camino que se tome; éste es un consenso entre los expertos", señala la pregunta presentada a través del Parlamento.
El Partido Socialista(PS) también califica este cambio como "un obstáculo más para el acceso de los usuarios a la asistencia sanitaria que necesitan", advirtiendo del riesgo de "provocar daños irreparables en los resultados de salud deseados al duplicar procedimientos y recursos para acceder a la terapia."
Los socialistas subrayan que "es obligación del Estado" garantizar que los diabéticos puedan "beneficiarse plenamente y sin obstáculos de las tecnologías necesarias para el control y tratamiento de la enfermedad", y también cuestionan al Gobierno sobre si "se ha consultado a las sociedades científicas en cuestión" para "poder adoptar las medidas más adecuadas."
En relación con este cambio, la Sociedad Brasileña de Cardiología abogó por que los cardiólogos puedan prescribir medicamentos para la diabetes, advirtiendo de que la exclusión de la especialidad en la nueva ordenanza compromete la prevención de eventos cardiovasculares.
Las asociaciones de Nefrología y Trasplantes instaron al Ministerio de Salud a revisar la ordenanza, advirtiendo que la situación podría "perjudicar a miles de pacientes."