Utilizando sensores avanzados y brazos robóticos, identificó restos en el lecho marino, los sacó a la superficie y los transfirió a una pequeña embarcación que servía de punto de recogida flotante.

Esta operación forma parte del proyecto SEACLEAR de la UE, que pretende hacer frente a uno de los mayores problemas medioambientales del mundo, como son los desechos marinos.