La semana pasada, mientras se desarrollaban las conversaciones en la Expo Real de Múnich, la sensación de dirección y ambición que rodeaba a Greenvolt era inconfundible. El último éxito de la empresa en Italia no es sólo otro hito, sino un paso decisivo en el camino de Europa hacia la descarbonización y la independencia energética.
A través de su filial de generación de energía, Greenvolt Power, el grupo se ha asegurado un contrato de 15 años en la primera gran subasta italiana de almacenamiento en baterías, organizada por TERNA en el marco del mecanismo MACSE. En un mercado que atrajo la atención mundial y una competencia feroz, con una demanda más de cuatro veces superior a la capacidad disponible, Greenvolt se situó entre los principales ganadores. Su proyecto adjudicado, situado en la región de Calabria Meridional, representa 499 MWh de capacidad contratada a un precio superior a la media regional.
Más allá de las cifras, el proyecto destaca por su ambición tecnológica. Con una capacidad total estimada de 75 MW / 600 MWh, el primer sistema de baterías de iones de litio de ocho horas de Greenvolt, uno de los mayores proyectos de almacenamiento de energía de larga duración jamás desarrollados en Europa. El sistema desempeñará un papel crucial en el refuerzo de la flexibilidad de la red italiana, apoyando una mayor integración de las energías renovables y reduciendo la dependencia de la generación basada en combustibles fósiles.
Este éxito refleja una estrategia clara: Greenvolt no sólo construye capacidad renovable, sino que también es pionera en el almacenamiento como piedra angular de un sistema energético totalmente descarbonizado. Los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) son el eslabón que falta para que la energía renovable sea realmente fiable, almacenando la energía solar y eólica cuando es abundante y liberándola cuando más se necesita. Al invertir en almacenamiento de larga duración, Greenvolt está ayudando a remodelar el ritmo de las redes energéticas europeas.
La subasta italiana MACSE, la primera de las tres previstas por TERNA para 2028, está diseñada para garantizar hasta 70 GWh de capacidad operativa de almacenamiento para 2030, asegurando la estabilidad de la red a medida que se acelera la generación renovable. Para Greenvolt, ganar una de las primeras posiciones en una ronda tan altamente competitiva no sólo confirma su excelencia técnica y visión estratégica, sino que también consolida su posición como líder europeo en el desarrollo de renovables y almacenamiento a gran escala.
En la actualidad, la cartera de Greenvolt abarca más de 14 GW en 19 países, incluidos 4,7 GW de proyectos de almacenamiento en baterías. Italia se ha convertido en uno de sus mercados clave, donde los equipos locales ya están impulsando tanto infraestructuras energéticas a gran escala como iniciativas de generación distribuida en el marco de Greenvolt Next. Juntos, estos esfuerzos contribuyen directamente a la transición energética del país y, más ampliamente, a la ambición europea de neutralidad de carbono.
Estando cerca del equipo en Múnich la semana pasada, era imposible no sentir la energía de una empresa que piensa por delante de su tiempo, que habla el lenguaje de la innovación, la sostenibilidad y la escala. Greenvolt no está siguiendo la ola de la transformación ecológica de Europa; está ayudando a crearla.
A medida que surjan nuevas subastas de almacenamiento y crezca la demanda de sistemas energéticos flexibles y resistentes, el éxito italiano de Greenvolt será recordado probablemente como uno de esos momentos que definieron su trayectoria. Una señal de que el futuro de la energía en Europa no es sólo renovable, sino también inteligentemente almacenada, gestionada y conectada.
Y en ese futuro, Greenvolt ya está a la cabeza.