El tour de invierno de la ASB comenzó en Pulo do Lobo (Salto del Lobo), una garganta natural situada en el Parque Natural Vale do Guadiana, al norte de Mértola. Allí, un grupo de cuatro ciclistas del Algarve se reunió con dos ciclistas de Setúbal, y continuaron juntos el recorrido bajo la dirección de Walter.

Pulo do Lobo es la parte más dramática del Guadiana, donde el río forma una cascada a borbotones. Más arriba, el Guadiana alimenta el embalse de Alqueva, el mayor de Europa. En algunos lugares, el río forma la frontera entre Portugal y España.

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Desde Pulo do Lobo, seguimos hacia el sur hasta Mértola. Allí, disfrutamos de una visita guiada por la ciudad, seguida de una deliciosa cena al estilo alentejano en el restaurante Tamuje, en el centro histórico de la ciudad.

Mértola tiene unos 6.000 habitantes, pero atrae a unos 50.000 visitantes al año. La ciudad está situada en una colina sobre el río Guadiana. Su situación estratégica la ha convertido en un importante puerto comercial fluvial desde la Edad de Hierro. Varias tribus indígenas, así como los fenicios, romanos y moros del norte de África, la han habitado. Al igual que la Mezquita-Catedral de Córdoba, la iglesia principal de Mértola se construyó sobre la única mezquita medieval que sobrevivió al periodo omeya en Portugal.

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Al día siguiente, dejamos atrás Mértola y la región del Bajo Alentejo. Disfrutamos de un viaje lento y relajante por la soleada y fresca Andalucía, donde tuvimos un divertido encuentro con un gran rebaño de ovejas que bloqueó la carretera durante un rato. También nos maravilló el extraordinario paisaje de las minas de Río Tinto, explotadas en busca de oro, plata, cobre, cuarzo, pirita y calcita desde hace 5.000 años.

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Llegamos a Aracena al atardecer del segundo día y nos encontramos con nubes oscuras y densas que prometían lluvia y niebla, lo que no es ni mucho menos ideal para ir en moto. En la mañana del tercer día, aprovechamos para visitar la impresionante Gruta de las Maravillas, una de las más espectaculares de España, con paisajes de otro mundo de estalactitas y estalagmitas, lagos cristalinos y pasadizos subterráneos de más de 2 km.

Tras visitar la cueva, salimos de Aracena bajo una ligera llovizna. Condujimos con cuidado por las sinuosas carreteras del hermoso Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Aunque las vistas del paisaje montañoso eran magníficas, tuvimos que prestar especial atención, ya que el firme estaba parcialmente resbaladizo, sobre todo en los tramos adoquinados.

Llegamos a Moura, nuestro destino final, relativamente secos. Debido a un apagón en toda la ciudad, disfrutamos de una inesperada cena a la luz de las velas. Fue la manera perfecta de celebrar que habíamos recorrido 700 km de esta hermosa región de Portugal y España. No hay mejor manera de vivirla que en moto con amigos que comparten la misma pasión.