Portugal, país dependiente del turismo, ejerce la presidencia de turno de la UE y es responsable de negociar el nuevo pase con los Estados miembros. Permitiría liberar los viajes internacionales, a pesar de la lenta campaña de vacunación del bloque y de los riesgos que plantean las nuevas variantes del coronavirus.

Desde el inicio de la pandemia, los ingresos de los hoteles cayeron un 74%, mientras que los turistas nacionales y extranjeros se desplomaron un 71%.