En declaraciones a la agencia Lusa, André Gomes-dos-Santos, investigador del centro de la Universidad de Oporto, explicó que la secuenciación del genoma del mejillón de río, publicada en la revista DNA Research, de la Oxford University Press, es "un primer paso" para el conocimiento de la especie.

El mejillón de río, cuyo nombre científico es "Margaritifera margaritifera", es conocido por sus perlas, y generalmente sólo una de cada 3.000 contiene estas piedras preciosas que se popularizaron alrededor del año 600 a.C. y cuyo uso se evidencia en joyas de familias reales del Reino Unido, Suecia, Austria y Alemania.

"En la transición del siglo XX al siglo XXI, las poblaciones de mejillones europeos disminuyeron en un 90%, hubo un gran descenso de las poblaciones de esta especie y muy probablemente relacionado con los impactos humanos", dijo el investigador.

Con el crecimiento de la población humana, la industrialización de Europa durante el siglo XX, el aumento de la contaminación, la alteración de los "hábitats" y el cambio climático, el mejillón de río se ha convertido en uno de los grupos "más amenazados".

Actualmente, la especie está clasificada como En Peligro Crítico (CR) en Europa por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y en Portugal sólo se encuentra en algunos ríos de la región norte.

En este sentido, la secuenciación del genoma -que representa el cuarto que se secuenciará en unas 800 especies de mejillones de agua dulce- tendrá "implicaciones a largo plazo para la preservación de la especie y la conservación de los ecosistemas".

"Secuenciar el genoma es el primer paso y significa que producimos la información genética de la especie. Ahora, vamos a tener que mirar esa información y buscar los procesos moleculares que controlan ciertas características únicas", dijo el investigador.

Entre las características que destacan, por ejemplo, "el hecho de que la especie produzca perlas, viva durante largos periodos o incluso tenga genes implicados en la respuesta a los contaminantes y a los efectos del cambio climático".

"Si el genoma nos permite percibir estas características, nos permitirá desarrollar métodos para proteger la especie, lo que también tendrá implicaciones desde el punto de vista de los ecosistemas, porque estas especies, aunque discretas, tienen papeles importantes. Por ejemplo, tienen una enorme capacidad de filtración", aclaró.

Según André Gomes-dos-Santos, los investigadores del grupo de Ecología y Evolución Acuática del CIIMAR han iniciado ahora un nuevo proyecto para secuenciar otros tres genomas de especies europeas con el fin de "estudiar cómo el cambio climático puede afectar a la supervivencia de estas especies en climas mediterráneos".

"El genoma del mejillón de río obtenido ahora también contribuirá al estudio más amplio de los impactos del cambio climático", ha subrayado.