La muerte se produjo el 28 de mayo de 2020, después de que el paciente de 42 años esperara seis horas para ser atendido en el Servicio de Urgencias Generales del Hospital de Santo André, en Leiria, que forma parte del Centro Hospitalario de Leiria (CHL).

El CHL afirma que su Consejo de Administración abrió un proceso de investigación el 3 de junio de 2020 para investigar las circunstancias en las que se produjo la muerte.

El 2 de septiembre la investigación concluyó "sobre la existencia de indicios de la probable responsabilidad de dos profesionales sanitarios implicados en la atención del paciente".

Por ello, el Consejo de Administración decidió "la incoación de un expediente disciplinario a uno de los dos profesionales sanitarios vinculados al CHL por contrato laboral"

A raíz de esta muerte, y tras una comunicación del Hospital de Santo André, la Fiscalía abrió una investigación, el 28 de mayo de 2020, para investigar "un delito de homicidio por imprudencia".

En junio de 2020, el presidente de la Sección Regional del Centro da Ordem dos Médicos, Carlos Cortes, declaró a la agencia Lusa que se trataba de "una situación de un paciente de 42 años con dolor torácico, que esperó seis horas para ser atendido en las urgencias, acabando por morir con un infarto".

Según Carlos Cortés, teniendo en cuenta las quejas del paciente, "era una situación que debía ser atendida inmediatamente".

Sin querer adelantar ninguna hipótesis sobre la forma en que se realizó el triaje, el funcionario recordó, sin embargo, que este método se implementó "precisamente para que los pacientes no sean atendidos por orden de llegada, sino por la gravedad de la situación". El día del fallecimiento en el hospital le pusieron un brazalete amarillo que se suele utilizar para casos no graves.

"Un dolor torácico en la izquierda, sin motivo aparente, no puede tener este tiempo de espera", advirtió Carlos Cortés, considerando en su momento que había "un fallo que hay que investigar".