En el nuevo informe, publicado el 9 de agosto, el IPCC considera cinco escenarios, según el nivel de emisiones alcanzado.

Manteniendo la situación actual, en la que la temperatura global es, de media, 1,1 grados más alta que en el periodo preindustrial (1850-1900): los científicos prevén que, un aumento de 1,5 grados para 2040, 2 grados para 2060 y 2,7 grados para 2100.

Este aumento, que además provocaría más fenómenos meteorológicos extremos como sequías, inundaciones y olas de calor, está muy lejos del objetivo de reducirlo a menos de 2 grados, establecido en el Acuerdo de París, que fija la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2020, imponiendo un límite de 1,5 grados centígrados como meta.

En el peor de los escenarios, en el que las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se duplicarían a mediados de siglo, el aumento podría alcanzar niveles catastróficos, en torno a los 4 grados en 2100.

Cada grado de aumento predice un 7% más de precipitaciones en todo el mundo, lo que podría provocar un aumento de las tormentas, las inundaciones y otras catástrofes naturales, advierte el IPCC.

Las olas de calor extremas, que en la época preindustrial se producían aproximadamente una vez por década y que actualmente se dan 2,3 veces, pueden multiplicarse hasta 9,4 veces por década (casi una por año) en el escenario con más de 4 grados de temperatura.

En cambio, en la mejor hipótesis considerada por los expertos, en la que se alcanza la neutralidad del carbono (cero emisiones) a mitad de siglo, el aumento de la temperatura sería de 1,5 grados en 2040, 1,6 grados en 2060 y descendería a 1,4 grados a finales de siglo.

El estudio de la principal organización que estudia el cambio climático, elaborado por 234 autores de 66 países, ha sido el primero en ser revisado y aprobado por videoconferencia.

Los expertos reconocen que la reducción de las emisiones no tendrá efectos visibles sobre la temperatura global hasta pasadas unas décadas, aunque los beneficios de la reducción de la contaminación atmosférica empezarán a notarse en pocos años.