La cooperativa de agricultores Arla ha publicado un informe sobre la huella de carbono de la leche a partir de datos evaluados de forma independiente en 1.964 explotaciones del Reino Unido.

El informe también describe las medidas que los ganaderos pueden adoptar y están adoptando, como las técnicas de precisión en el esparcimiento de los purines, el uso del estiércol como fuente de energía, la reducción de la cantidad de proteínas en la dieta de las vacas y la garantía de que están sanas y felices.

Arla afirma que el informe ayudará a la cooperativa a cumplir su objetivo de reducir en un 30% las emisiones por kilogramo de leche en las explotaciones para 2030, en el camino de convertirse en carbono neto cero en toda la cadena de suministro.

Destaca que las principales fuentes de emisiones de la leche cruda producida en las granjas de Arla son la digestión de las vacas y el metano que eructan, y cómo y dónde se produce la alimentación del ganado.

Otras fuentes de gases de efecto invernadero son la manipulación del estiércol, la producción y el uso de energía, y las emisiones de los suelos de turba, según el informe.

La huella de carbono media de la leche de las explotaciones de Arla es de 1,13 kg de emisiones por kilogramo de leche, algo menos que la media de las explotaciones lácteas del Reino Unido y aproximadamente la mitad de la media mundial de 2,5 kg de emisiones, según el análisis.

Destaca las nuevas tecnologías y las investigaciones en curso en las que participan sus ganaderos, como el uso de tecnología de precisión para esparcir los purines como abono en los campos de forma que se reduzcan las emisiones de amoníaco, y la investigación para cuantificar y acelerar el almacenamiento de carbono por parte de los árboles, los setos y los pastos de las granjas.

Dado que las vacas sanas y satisfechas hacen más eficiente la producción de leche -y, por tanto, con una menor huella de emisiones-, los ganaderos están utilizando tecnología como collares o tobilleras tipo Fitbit, y sensores que recogen y analizan el comportamiento para comprobar el bienestar.

Arla también apoya la investigación de aditivos para piensos que puedan reducir las emisiones de metano de las vacas, así como el impacto de este gas de efecto invernadero, y prueba el biogás o la "energía de caca" de los purines como combustible para sus camiones cisterna, según el informe.

El aumento de la energía renovable producida en las explotaciones también puede reducir las emisiones, ya que más de una cuarta parte (27%) de los agricultores de Arla generan electricidad a partir de energía eólica o solar para alimentar sus propias operaciones y alimentar la red.