"Todos los debates y conversaciones son interesantes e importantes. Cuando decimos que las vacunas salvan a miles de personas y la gente dice que no, no hay lugar de encuentro para discutir. No podemos encontrar un margen de discusión cuando no estamos de acuerdo con el hecho básico que genera la discusión", dijo el vicealmirante Gouveia e Melo en una entrevista con la agencia de noticias Lusa.

El 14 de agosto, al visitar un centro de vacunación en Odivelas, donde se concentraban jóvenes adolescentes, un grupo de manifestantes antivacunas le llamó "asesino", al tiempo que se declaraba en contra de la vacunación de los jóvenes, argumentando que "los niños no son conejillos de indias".

"La gente trató de impedirme el paso y me gritaba al oído. Eso no es democracia. La democracia es discutir argumentos", dijo.

"Había niños que iban a vacunarse y se encontraban con manifestantes que les gritaban "ahí va otro a morir". Esta gente tiene que recibir una lección de democracia".

Gouveia e Melo subrayó que "nadie está obligado a vacunarse".

"Pero quien quiera vacunarse debe poder pasar por la puerta tranquilamente y debe poder salir por la misma puerta tranquilamente después de vacunarse. No tiene que ser acosado, asustado o perseguido psicológicamente".

El vicealmirante afirma que estar bajo la protección de los Cuerpos de Seguridad Personal no interfiere en su día a día ni en su itinerario por la infraestructura de vacunación e indica que "no hay temor a agresiones físicas" por parte de activistas que no estén de acuerdo con el proceso o con las medidas impuestas a causa de la pandemia.

Lo que sí se consideró fue la posibilidad de "cualquier tipo de provocación que, en términos de imagen, pudiera ser negativa para la imagen del propio proceso de vacunación".

"No sería bueno, por ejemplo, para las Fuerzas Armadas ver a un oficial general agredido en la calle. Y peor sería que un oficial general o un militar reaccionara ante la agresión", dijo.

Gouveia e Melo dijo que ya se ha encontrado con "gente muy irracional" en el pasado y que, "por muy tranquila y reflexiva que sea, en un momento de agresión, una persona puede perder toda la reflexión y es mejor que no ocurra".

Afirma estar "muy tranquilo" y asegura que no fue iniciativa suya pedir protección policial.

"Fue una evaluación de amenazas hecha por nuestros servicios, que consideraron que debía tener protección porque la exaltación de estas personas y grupos en las redes sociales iba más allá de la retórica normal. Pero nunca me sentí amenazado", dijo.

"Creo que estas personas viven en una burbuja, que se aíslan de todo lo que les rodea y que no confirma su realidad. Después, es muy difícil hablar con esta gente, no es por falta de voluntad. Estas personas tienen una actitud casi irracional y a menudo irascible cuando intentamos hablar de los hechos", dijo.

Tras señalar que la difusión de las vacunas entre la población ha coincidido con una reducción de la incidencia de las infecciones por coronavirus, admite que "la gente puede creer cualquier cosa, incluso cosas increíbles".

"El mundo entero ha vacunado ya a 200 o 300 millones de personas. ¿Cuántos murieron como resultado de la vacunación? ¿Cuántos murieron a causa del virus?... Si no llegamos a un dato concreto para poder discutir y comparar opciones, no hay discusión posible", concluyó.