"Tuvimos que debatir un proyecto piloto que existe en Toronto, en colaboración con el Canadian Labour Congress, dirigido a los trabajadores indocumentados de la construcción civil, en el que hay 500 vacantes para legalizar la situación de los indocumentados", dijo Berta Nunes.

"Decidimos intercambiar información y trabajar más juntos para que este piloto sea un éxito y que luego pueda extenderse a otras provincias, con la esperanza de que esto resuelva la situación de los trabajadores indocumentados, que ya no es el problema que era, sino que sigue siendo", dijo Berta Nunes.

El 30 de julio de 2021 entró en vigor un nuevo programa piloto dirigido a los trabajadores indocumentados de la construcción, que finalizará el 2 de enero de 2023, una vez que se reciban 500 solicitudes de residencia permanente en el ministerio de inmigración.

"Este programa se vio algo afectado por la pandemia, pero hasta ahora sólo se han cubierto 129 plazas. Es un programa que no se dirige sólo a la comunidad portuguesa, sino a otras comunidades", añadió.

Según Berta Nunes, el Gobierno canadiense "se dio cuenta de que había algunos obstáculos para la legalización de estos trabajadores, concretamente con los requisitos en relación con el idioma, en la prueba de ingresos y en relación con la forma de entrada en el país".

En este sentido, Ottawa ajustó el programa piloto con el objetivo de que tuviera éxito y con más trabajadores "resolviera definitivamente su situación de indocumentación".

"Se trata de un programa piloto destinado a la construcción civil. Es importante para los portugueses, ya que la construcción civil es una de las áreas en las que más trabajan los portugueses cuando inician su inmigración", subrayó.

Los datos del censo canadiense de 2016 revelan que había 483.610 portugueses y descendientes de portugueses en Canadá, es decir, el 1,4% de la población del país.

La mayoría estaban en Ontario (69%), Quebec (14%) y Columbia Británica (8%).