Puede que las flores se hayan secado y caído, o que las hojas, antes de un verde intenso, se hayan vuelto amarillas, mientras que las raíces aéreas caen en cascada por la parte superior de la maceta. ¿Qué estás haciendo mal?

Pueden ser varias cosas, desde la temperatura y la luz hasta el riego excesivo y la falta de alimento, dice Alberto Trinco, horticultor botánico de Kew Gardens.

Trinco ofrece los siguientes consejos:

Marcas de quemaduras en las hojas

Es un signo inequívoco de que la planta está expuesta directamente al sol. La hoja dañada se sustituirá por una nueva a su debido tiempo.

Tallos marrones o amarillos

Es normal que aparezcan después de la floración y una vez que la planta entra en un periodo de letargo. Puede recortar el tallo por encima de un nudo, lo que podría dar lugar a más flores, o recortar el tallo hasta la base, lo que permitirá a la orquídea conservar energía para un nuevo crecimiento.

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Pérdida de hojas

Que se caigan algunas hojas, sobre todo las viejas, es bastante común, pero si se pierden muchas puede que haya un problema. Compruebe el sustrato de la maceta y el estado de las raíces, y considere la posibilidad de trasplantarlas si no tienen buen aspecto. Las bajas temperaturas también pueden ser la causa, así que comprueba si hay corrientes de aire y cambia de lugar si es necesario.

Caída de flores

Cuando la planta lleva un tiempo floreciendo, es habitual que se caigan las flores (las viejas suelen ser las primeras en marcharse). Si este no es el caso, podría estar relacionado con el estrés, tal vez debido a una ola de frío, a que la planta ha permanecido demasiado tiempo seca o a la pérdida de raíces por exceso de riego.

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Problemas de riego

A las orquídeas no les gusta que las rieguen en exceso. Si permanecen demasiado tiempo en el agua, las raíces pueden pudrirse, lo que es perjudicial para la planta y podría matarla. Riegue las orquídeas sumergiendo la maceta, dejando la planta en remojo durante unos minutos antes de escurrirla por completo.

A las orquídeas no les gusta el agua del grifo, que puede ser dura. Lo mejor es el agua de lluvia, pero el agua destilada con abono añadido es una buena solución, ya que el exceso de pureza del agua destilada puede eliminar los nutrientes de la planta.

Rociar o nebulizar las plantas no aumenta la humedad lo suficiente a largo plazo, y puede provocar podredumbre o enfermedades si no hay suficiente ventilación.

Las necesidades de agua cambian con las estaciones y en función del tipo de medio en el que se encuentre la planta, así que revísela con regularidad para darle los mejores cuidados. Actualmente, muchas orquídeas se cultivan en una mezcla de fibra de coco que retiene la humedad durante más tiempo.

Temperatura

"Las orquídeas que se venden en los centros de jardinería suelen soportar bien las temperaturas medias de casa, pero es importante asegurarse de que estén alejadas de las corrientes de aire frío y de las fuentes directas de calor", dice Trinco.

Manténgalas en una habitación que mantenga una temperatura constante. Es un mito que a todas las orquídeas les gusten las temperaturas cálidas. Aunque la mayoría son tropicales, muchas pueden vivir felices a temperatura ambiente (15-20°C).

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Luz

A las orquídeas les encanta la luz, pero no toleran la luz solar directa, ya que pueden quemarse. Lo ideal es un alféizar orientado al norte; si no es posible, cualquier zona con luz solar indirecta suele ser adecuada. Si la ubicación es más expuesta, utiliza algo para filtrar la luz directa que entra, como una cortina.

Comida

Un crecimiento lento es SOS para más comida, las orquídeas son felices cuando son alimentadas regularmente. Trátalas cada dos semanas con un abono específico para orquídeas o un abono para plantas de flor, reduciendo a la mitad su cantidad recomendada.

Compruebe las raíces

Si son de color gris plateado o blanco, significa que la planta necesita beber. Si las raíces están verdes, es que todavía hay humedad en la maceta. Si son marrones y están empapadas, es probable que la planta haya sido regada en exceso y que las raíces se hayan podrido. Si no puedes ver las raíces, comprueba la tierra de la maceta. Si está seca, riégala. También puedes sentir el peso de la maceta: si es muy ligera, probablemente esté seca en su totalidad.

Trasplante

La mayoría de las orquídeas comunes son epífitas, lo que significa que en la naturaleza crecen sobre árboles y no en el suelo, así que no te preocupes si ves raíces aéreas encima de la maceta. Son totalmente normales.

Cuando llegue el momento de trasplantar la planta, existen mezclas para orquídeas listas para usar, pero también puede utilizar virutas de corteza mezcladas con piedra pómez y carbón vegetal (en una proporción de 2:1:1).

Trasplantar las orquídeas es esencial para renovar el sustrato viejo, que al cabo de un tiempo empieza a descomponerse, y para evitar que las raíces se apelmacen. Suele hacerse cada uno o dos años. Hágalo cuando la orquídea haya terminado de florecer, cortando las raíces muertas o en descomposición.