Arnold y su esposa Ellie se enamoraron de Portugal, construyeron una villa y se mudaron aquí en 1983. Arnold creció durante el bombardeo en el East End de Londres y le encantaba contar la historia de cómo él y su hermano Barry recogían metralla para que se la confiscara un iracundo guardián antiaéreo.

Tras una exitosa carrera, primero como contable y después como propietario de varios hoteles, Arnold vendió todo para trasladarse al Sun. Aunque Arnold disfrutaba en el Sun, se dio cuenta de que necesitaba el estímulo del trabajo, así que se convirtió en el Director General del Carvoeiro Clube.

Arnold era un artista consumado que aceptaba encargos de clientes selectos y tenía una pasión de toda la vida por los caballos. Además, era un hombre en forma que hizo pesas toda su vida y, cuando nos conocimos hace 3 años, insistió en que hiciera ejercicio con él a los 89, ya que pensaba que yo tenía sobrepeso.

Créditos: Imagen facilitada;

A Arnold le sobreviven su esposa, Ellie desde que se conocieron hace 60 años, su hermano Barry, su hermana Hilary, su hijo Tony y su hija Belinda junto con sus nietos y bisnietos.

Descanse en paz Arnold, un hombre popular, muy querido en la comunidad y generoso. Le echaremos de menos.