Este comentario provocó un giro en las encuestas del partido Conservador, situando al partido Liberal por delante hasta en un 7 por ciento a finales de enero.


El impopular Justin Trudeau obtuvo una aprobación poco común por su franca defensa de la independencia canadiense y Poilievre empezó a enfrentarse a las críticas por su tardía respuesta a la amenaza estadounidense.