"El comprador conserva la gestión diaria, pero el Estado tendrá voz en decisiones críticas como el mantenimiento del hub [plataforma de distribución de vuelos], la sede central o las rutas estratégicas", explicó el ministro de Infraestructuras, Miguel Pinto Luz, en la rueda informativa posterior al Consejo de Ministros, que aprobó el decreto ley para iniciar la venta de hasta el 49,9% del capital de la aerolínea.

"La intención del Gobierno es permitir al inversor crear sinergias a través de un papel significativo en la gestión y exigiendo una amplia mayoría, entre el Estado y el socio, para las decisiones críticas", añadió.

La venta se llevará a cabo mediante un modelo de venta directa, reservando hasta un 5% para los trabajadores, según estipula la ley de privatización. Si este porcentaje no es suscrito en su totalidad por los trabajadores, el comprador tendrá preferencia.

La evaluación de las propuestas se basará en tres criterios. El primero, de precalificación, tendrá en cuenta puntos como la idoneidad, la autonomía y la solidez financiera. Pero hay una línea roja: "Exigimos que sea una aerolínea de tamaño significativo, es decir, mayor que TAP. Y, sobre todo, tendremos en cuenta su visión para una segunda fase de privatización", añadió.

Entre los criterios estratégicos, destacó también la presentación de un plan industrial y estratégico a largo plazo, así como el desarrollo de otras áreas críticas como la inversión en operaciones aéreas en Oporto y otros aeropuertos.

En cuanto al aspecto financiero, se valorará el precio inmediato en euros ofrecido por las acciones, pero no sólo eso. "Podemos considerar propuestas que incluyan otras formas de valoración, como primas de rendimiento (earn-outs), revalorización futura de las acciones restantes, dividendos y canje de acciones", por parte del futuro comprador, explicó.

En el documento divulgado a la prensa, tras la aprobación del decreto-ley, que no necesita ser debatido en el Parlamento, el Gobierno destaca también los cinco objetivos principales de la privatización de TAP: "recuperar parte de los 3.200 millones invertidos por el Estado, mantener la marca TAP con sede y gestión eficaz en Lisboa, potenciar y hacer crecer TAP con inversión privada, reforzar las capacidades de aviación e ingeniería, mantener las rutas estratégicas y crear sinergias con un inversor líder para aumentar la competitividad."

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