Se le celebra por su piedad, sus milagros y la fundación del monasterio de Saighir (Seir Kieran), que se convirtió en un centro de aprendizaje y espiritualidad en la Irlanda cristiana primitiva.
Una de las historias más entrañables asociadas a San Ciarán tiene que ver con su relación con los animales, en particular con un jabalí.
La historia de San Ciarán y el jabalí es un relato encantador que pone de relieve la conexión del santo con la naturaleza y su capacidad para inspirar devoción incluso en el reino animal. Según varios relatos, San Ciarán, que buscaba soledad y un lugar para construir su celda, se encontró con un jabalí de aspecto feroz en un solitario distrito boscoso. En lugar de temerlo, Ciaran se dirigió al jabalí con dulzura, llamándolo "Hermano Jabalí" -un testimonio de su creencia en la interconexión de todos los seres vivos.
El jabalí, reconociendo la bondad de Ciaran, se convirtió en su primer compañero y ayudante, colaborando en la construcción de la celda arrancando ramas con los dientes y llevándoselas al santo. Este acto de cooperación simboliza la armonía entre humanos y animales que San Ciarán pretendía encarnar.
La aceptación de la presencia de Ciaran por parte del jabalí preparó el terreno para que otros animales se unieran al santo, entre ellos un lobo, un zorro, un tejón y un ciervo. Estos animales, atraídos por la naturaleza amable de Ciarán, se convirtieron en los "primeros hermanos monjes" de su pequeño monasterio. Esta historia ilustra la capacidad del santo para crear una comunidad basada en la compasión y el respeto, que se extiende más allá de los seguidores humanos para incluir a las criaturas de la naturaleza.
El jabalí tenía una gran importancia simbólica en la cultura celta, ya que representaba el coraje, la valentía y la ferocidad. La asociación del jabalí con San Ciarán, por lo tanto, añade otra capa al carácter del santo, retratándolo no sólo como un líder espiritual, sino también como alguien que podía domar y hacerse amigo incluso de las criaturas más formidables. La presencia del jabalí en la historia también refleja la reverencia celta por el mundo natural y la creencia en la interconexión de todas las cosas.
El legado de San Ciarán incluye la fundación del monasterio de Saighir, que se convirtió en lugar de peregrinación y sepultura de los reyes de Ossory. La historia de San Ciarán y el jabalí sigue siendo un testimonio de su compasión, su conexión con la naturaleza y su capacidad para inspirar devoción tanto a los humanos como a los animales.