El reputado chef Rui Mira apuesta por productos locales de primera calidad preparados con gran técnica y respetando la estacionalidad. Los vinos locales, cuidadosamente seleccionados, se maridan con esmero con cada plato.

Nos dieron la bienvenida con un cóctel deliciosamente original a base de vino de Madeira con notas de café, canela y apio
. A continuación, para comenzar el festín - ostras locales, de la Ría de Alvor, en una vinagreta de hierba limón y jengibre junto al couvert de pan de masa madre y aceite de oliva de Algarve.Espumante - Quê de Quinta do Barranco Longo - fue un acompañamiento perfecto. Mezcla de uvas arinto y chardonnay, era de un precioso color amarillo, elegante, con suaves burbujas y notas de cítricos, miel, albaricoques e hinojo.

Delicadas tiras de ventresca de lubina curada en cítricos y sal ahumada. A continuación, un inesperado capricho del chef: ventresca de atún crudo, de un bello color rojo jaspeado, untuosa y exquisita, con una suave textura mantecosa. ¡Una delicia!
Un plato más contundente y muy sabroso de huevos revueltos con tomate y muxama (atún seco) se sirvió junto con pulpo rebozado con salsa romesco y ajo asado. Una vez más, un vino local, Arvad, elaborado con uvas arinto y alvarinho, combinó bien con la comida, siendo ligeramente salado con un toque de mineralidad.

La lubina con puré de apio, espárragos y beurre blanc de puerros combinó sabores interesantes manteniendo el tema local del mar y la costa. Un rosado de mole Paxa negra, vivo y afrutado, más ligero que un pinot noir, con menos acidez, pero similar, complementó agradablemente el plato.

El postre
fue una deliciosa y refrescante mezcla de mousse de naranja, crumble y sorbete. Y para terminar, otro vino de Quinta do Barranco Longo, esta vez de vendimia tardía, puso el broche de oro a una comida excepcional
. Como siempre, la ocasión fue aún más especial gracias a la excelente compañía de los comensales. Un ambiente agradable, un marco íntimo en un entorno precioso y una experiencia gastronómica maravillosa, hicieron que el almuerzo fuera muy especial y agradable.

Gracias a Marie-Anne Ferran - Chancelier, Chargée de Missions, Algarve.
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Por el Dr. Jean Mott