Es probable que esta proporción haya disminuido aún más debido a la cada vez menor eficiencia del sistema alimentario mundial, impulsada por el aumento del coste de la producción de carne, especialmente de vacuno, y el uso de cultivos para biocombustibles como el etanol y el biodiésel.

Según Paul West, de la Universidad de Minnesota, el cambio a dietas más sanas y la reducción de la producción de biocombustibles podrían aumentar la disponibilidad de alimentos sin necesidad de más tierras de cultivo.